La semana pasada compartía contigo 8 Consejos para vivir con artritis psoriásica. Es verdad que dispones de un tratamiento para la artritis psoriásica, una «solución rápida» que la medicina convencional respalda porque es el que, hoy por hoy, utilizan. De esto también te hablaba en un post reciente. Sin embargo, este tratamiento en muchos ocasiones, no sólo no elimina los problemas que la enfermedad origina, sino que los efectos secundarios del tratamiento para la artritis psoriásica pueden ser incluso más peligrosos que la propia enfermedad. Así que, si quieres sumar a esos 8 consejos uno que es la base principal de cualquier enfermedad, quédate porque hoy toca hablar sobre la dieta para la artritis psoriásica.
Contenido
Tratamiento de la artritis psoriásica
La artritis psoriásica es una enfermedad autoinmune en la que se produce una inflamación de las articulaciones y, por tanto, un dolor considerable en la persona que la padece. Dependiendo del tipo de artritis psoriásica, así como de la forma de manifestarse la enfermedad, ésta se puede convertir en mucho más que una pesadilla para el enfermo.
El tratamiento que en la actualidad se prescribe tiene la finalidad de aliviar el dolor para que la persona pueda llevar una vida lo más normal posible, reducir la inflamación que presenta el paciente en las articulaciones, y retener la función de las articulaciones.
Y para ello se prescribe desde medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), pasando por los corticoides, hasta llegar a los FARME tradicionales, es decir, los Fármacos Antirreumáticos Modificadores de la Enfermedad. En la actualidad, dentro de los FARME destaca un grupo cada vez más popular: los MRB, Modificadores de la Respuesta Biológica.
Efectos secundarios del tratamiento para la artritis psoriásica
Sin embargo, las personas que tienen que tomar este tipo de medicación, una vez que empiezan, la toman de por vida. Y es ahí donde surge el problema. Y es que el consumo prolongado en el tiempo conlleva una serie de efectos secundarios que los médicos, en la mayoría de las ocasiones, no se suelen comentar con el paciente. Estos efectos secundarios del tratamiento para la artritis psoriásica abarcan un amplio espectro de molestias y problemas de muy diversa índole.
Algunos de los efectos secundarios van desde trastornos estomacales, pasando por la caída de la función renal hasta llegar a un posible derrame cerebral. Y estamos hablando únicamente de los antiinflamatorios no esteroides (los AINE).
Por su parte, los corticoides son un tratamiento muy socorrido especialmente cuando se intenta que otros fármacos empiecen a surtir efecto. Los corticoides pueden causar hipertensión, aumento de peso, osteoporosis, depresión, cataratas, síndrome de Cushing, cambios repentinos en el estado de ánimo, predisposición a infecciones, riesgo a sufrir úlceras estomacales, y un largo etcétera. De hecho, son tantos y tan peligrosos los efectos secundarios del tratamiento para la artritis psoriásica con corticoides que su administración se intenta reducir el menor tiempo posible.
En el caso de los FARME, nos podemos encontrar con que pueden causar daño hepático, de ahí el control exhaustivo que se lleva a cabo, pero, además, tienen otros efectos secundarios que van desde las náuseas, pasando por los vómitos, diarrea, llagas en la boca, hasta incluso la posibilidad de sufrir una neumonía. En el caso de las mujeres, es fundamental que aquellas que se encuentren en edad reproductiva no se queden embarazadas, puesto que pueden causar daños en el feto, o incluso pueden ocasionar un aborto.
En realidad, la gran variedad de fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad hace que se pueda experimentar prácticamente cualquier efecto secundario indeseado además de los ya nombrados: irritación estomacal, salpullidos, pérdida de cabello, dolores de cabeza, inapetencia, erupciones cutáneas, mayor sensibilidad a la luz solar, mareos, inflamación de las encías, crecimiento excesivo de vello, anomalías en la función del hígado, anomalías en la función de los riñones, inflamación del páncreas, etc.
De modo que ¿qué podemos hacer para intentar disminuir todo lo posible la necesidad de tomar ese tipo de fármacos si se padece artritis psoriásica y, por tanto, evitar la posibilidad de sufrir cualquier de los tantos efectos secundarios que tienen estos medicamentos? Pues podemos hacer mucho más de lo que creemos.
Si has empezado a seguir los 8 consejos para vivir con artritis psoriásica que compartí contigo recientemente y, además, añade los consejos sobre la dieta para la artritis psoriásica que te voy a dar hoy, podrás reducir progresivamente el tratamiento para la artritis psoriásica y empezar a sentirte mejor cada día.
Dieta para la artritis psoriásica
Quizá estés pensando que, puesto que ni el digestivo ni el endocrino son los especialistas que vigilan el curso de tu artritis psoriásica, la alimentación no tiene nada que ver con tu mejoría. Sin embargo, debes saber que prácticamente casi todas las enfermedades tienen su origen en el sistema digestivo.
Por mucho que nos cuente creerlo es en el sistema digestivo donde comienza a fallar la salud de las personas. Eso significa que uno de los aspectos más importantes en los que tienes que reparar, especialmente si tienes una enfermedad autoinmune, es en la alimentación. Las personas con esta patología tienen que llevar una dieta para la artritis psoriásica específica.
Y es que, si realmente quieres ponerle remedio y solución a este problema de salud que te cambia la vida por completo desde el minuto uno en el que empiezas a padecerla, los productos con los que llenas tu nevera y tu despensa van a adquirir un protagonismo que jamás creíste que pudieran tener. Y créeme porque te hablo por experiencia.
Así que lo que toca ahora es sencillo: implementar la dieta para la artritis psoriásica. Para ello tienes que empezar por analizar todo aquello con lo que estás alimentándote y todo aquello que no estás incluyendo en tu alimentación
Qué debemos incorporar
La dieta para la artritis psoriásica tiene que estar formada principalmente por frutas y hortalizas frescas. Estos alimentos deben consumirse preferentemente crudos. También es fundamental que consumas un porcentaje muy elevado de hojas verdes crudas. Una forma muy sencilla para conseguir este objetivo es que en cada una de tus comidas el plato principal sea una ensalada.
Recuerda todos los alimentos deben ser integrales, es decir, que no hayan sido refinados, como ocurre con el azúcar, la sal, los cereales y los aceites. Los cereales integrales, las semillas, los germinados, los alimentos fermentados, las legumbres, los frutos secos, los aceites, las especias son base fundamental de la dieta para la artritis psoriásica.
Ten en cuenta que uno de los aspectos más importante es la calidad de los alimentos que incorpores en tu día a día. Esto lo conseguimos comprando preferentemente alimentos frescos, ecológicos, de temporada y locales. Estas son las características principales que deben tener los ingredientes que formen parte de tu despensa a partir de ahora.
A continuación tienes una lista de los alimentos que deben abundar en tu cocina:
Frutas (arándanos, cerezas, fresas, papaya, piña, grosellas, plátanos, peras, manzanas, etc.)
Hortalizas (ajo, alcachofas, brócoli, espárragos, cebollas, zahanorias, boniato, batata, pepino, apio, calabaza, jengibre, cúrcuma, etc.)
Hojas verdes (cilantro, perejil, albahaca, lechuga, col rizada, acelgas, etc.)
Legumbres (garbanzos, judías, habas, guisantes, etc.)
Cereales y pseudocerales integrales sin gluten (arroz integral, trigo sarraceno, amaranto, quinoa, mijo, teff, etc.)
Especias (cúrcuma, pimienta, canela, comino, jengibre, etc.)
Aceites sin refinar (oliva, cáñamo, coco, girasol, sésamo, etc..)
Frutos secos (nueces, avellanas, castañas, etc.)
Semillas (calabaza, girasol, cáñamo, amapola, linaza, chía, sésamo, etc.)
Algas (espirulina, chlorella, dulse, nori, kelp, agar-agar, etc.)
Agua e infusiones
Leches vegetales (arroz, coco, avellanas, quinoa, almendras, alpiste, etc.)
Frutas desecadas (pasas, ciruelas, dátiles, higos, arándanos, etc.)
Alimentos fermentados (kefir, chukrut, tempeh, kimchi, miso, etc.)
Superalimentos (levadura nutricional, cacao crudo, moringa, lúcuma, maca, camu camu, etc.)
Esta lista es mucho más amplia, pero te sirve como orientación a la hora de saber qué debes introducir en tu lista de la compra. Insisto, lo importante es la calidad del producto y que lo consumas de la forma menos procesada posible. Por ejemplo, si comemos frutas desecadas o deshidratadas que no contentan azúcar, jarabes ni ningún tipo de químico como los sulfitos. Estos son aspectos en los que te tienes que fijar.
Qué debemos eliminar
Olvídate de la bollería industrial, de los alimentos refinados, de los platos precocinados, de los productos envasados y procesados, de la comida rápida, de los fritos, de los alimentos preparados o calentados con microondas. Todos ellos deben quedar totalmente excluidos de tu alimentación si quieres conseguir que tu enfermedad empiece a mejorar de manera definitiva.
Estos productos no pueden formar parte de la dieta para la artritis psoriásica, ni de la dieta de una persona que quiera estar sana. Al eliminar todos estos productos se reducirá el nivel de toxicidad de cuerpo y, por tanto, el grado de inflamación. Pero, además, tus articulaciones aguantarán menos peso, porque lo habrás perdido, tendrás menos dolor y poco a poco tu sistema inmunitario dejará de estar hiperactivo.
Pero también deberás excluir alimentos considerados saludables que no lo son y agravan los síntomas de la patología. Los productos lácteos y el gluten son algunos de tus mayores enemigos, así que en la dieta para la artritis psoriásica deben formar parte del pasado.
De hecho, en un estudio realizado por distintos investigadores de universidades de Suecia y Finlandia, publicado en el 2001 en la British Society for Rheumatology, revelaba una mejoría en los signos y síntomas de los pacientes con artritis cuando seguían una dieta vegana y sin gluten.
A continuación, tienes una lista con alimentos más importantes que debes evitar:
Productos lácteos (leches, natas, quesos, yogures, helados, flanes, etc.)
Cereales con gluten (trigo, espelta, centeno, cebada, kamut, etc.)
Cereales refinados (arroz, pasta, etc.)
Aceites refinados (de oliva, de girasol, etc.)
Sal refinada
Azúcar refinada (y la que venga en los alimentos como el ketchup, el maíz, refrescos, zumos, etc.)
Carnes, especialmente las rojas (de res, de cerdo, de pollo, de pavo, etc.)
Solanáceas (tomates, pimientos, berenjenas y patatas)
Café
Alimentos ahumados (quesos, pescados, etc.)
Alimentos enlatados (maíz, pescado, marisco, legumbres, verduras, etc.)
Alimentos procesados (bollería industrial, comidas precocinadas, etc.)
Alimentos fritos (patatas, croquetas, empanadillas, etc.)
Alimentos cocinados o calentados en el microondas
Eliminar todos estos productos no es una sentencia a muerte. Hay mil opciones que podrás utilizar como sustitutos de estos alimentos y comidas que tienen un sabor increíble, y que no causan los estragos en tu cuerpo que ahora mismo están causando los alimentos que consumes de manera regular.
El papel que tú juegas
Sé que, además de ser mucho más fácil, es mucho más lógico que una persona que se ha formado, que ha estudiado mucho y que es muy inteligente, sea capaz de resolver un problema tan importante como puede ser el de una enfermedad autoinmune como la artritis psoriásica. Cuando alguien que de un día para otro empieza a sentirse mal y va viendo como este empeoramiento es progresivo, espera encontrar respuestas y soluciones.
Eso mismo fue lo que yo esperé de los médicos que me atendieron durante años. Y entras en la consulta de un médico especialista esperando que esa persona se convierta en tu héroe o heroína. Pero la realidad es muy diferente. La realidad es que ese profesional hace con toda su mejor intención lo que le han enseñado a hacer: poner parches.
Ahora bien los parches no son soluciones y menos cuando ese parche tiene efectos secundarios tan potentes como los que tiene la medicación que se prescribe para las personas con enfermedades autoinmunes. Los parches se deben utilizar como medida provisional ante una situación de emergencia.
A una persona que sufre un ataque al corazón se le salva la vida solucionando el problema vital que está teniendo lugar en ese momento, pero hay un trabajo de fondo que tiene que hacer el paciente que es cambiar el estilo de vida en la mayoría de los casos. Si una persona siente unos dolores insoportables, se le suministra la medicación para que deje de sufrir, pero sigue habiendo un trabajo muy muy importante de fondo que hacer. Y ahí es donde entra en juego el propio paciente, la propia persona.
Sé que te puede parecer una perogrullada lo que acabo de compartir contigo y que, muy probablemente, me digas que todo esos consejos tú lo sabes, que ya sabes qué no debes comer para estar sano. Mi pregunta es ¿y lo llevas a cabo? porque ¿de qué vale el conocimiento si no lo pones en práctica? El que pases a la acción es lo que diferencia entre simplemente saber y algo mucho más poderoso, experimentar, vivir. Porque está muy bien saber la teoría, pero de nada sirve si dejas de lado la práctica. Sí, esa práctica que requiere lo mejor de ti.
Y tampoco vale de nada decir que sí has hecho algo de lo que has leído, que estuviste una semana o un mes, pero que lo dejaste porque no viste resultados. La enfermedad no apareció de un día para otro en tu vida, así que, siento decirte, pero te llevará más de una semana o de un mes deshacerte de ella y recuperar el mayor tesoro que todos tenemos, la salud.
Y eres tú la que tiene que hacer una examen totalmente sincero contigo misma y responderte a esa pregunta: ¿he hecho todo lo que podía para empezar a poner solución a mi enfermedad o, en realidad, me resulta más fácil que otro me solucione la vida? Y ¿sabes qué? pues que no hay respuestas correctas o incorrectas. Es únicamente tu respuesta, es tu decisión. La única diferencia estriba en lo que cada una de esas respuesta te reporta a ti y a tu enfermedad.
Un abrazo,
P.D.: recuerda que no debes dejar de tomar medicación sin supervisión médica, ni incorporar alimentos que puedan interferir con el tratamiento que estás tomando. Consulta con un profesional de la salud siempre que vayas a hacer cualquier modificación en tu alimentación o en el tratamiento prescrito.
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