Aquí estamos de nuevo con una receta de las sencillas, sencillas. De esas que no necesitas ser ni si quiera un cocinillas para que te queden requetebién. Sólo necesitas dos ingredientes así que imagínate de los apuros que te puede sacar y los antojos que matarás con ella. Dos ingredientes de los de toda la vida, se hace rápida, no necesitas ningún cacharro especial, puedes adaptarla a tu gusto y a lo que tengas en la despensa… ¿quién da más?
Bueno, pues la versión que te presento es sin gluten, sin azúcar refinada, sin huevo, sin lácteos, sin frutos secos y sin soja… peeero ¡con mucho sabor! Así que: ¡¡celiacos, alérgicos, intolerantes y sensibles de todo tipo, aquí tenéis una solución rápida para cuando se os apetezca algo dulce!! (Imagíname con un megáfono en mano gritando a todo pulmón XD).
Sin más preámbulos y sin más rollos, aquí te dejo a la protagonista de hoy: Tortitas clásicas con sólo dos ingredientes.
Ingredientes (para dos tortitas de 12 cm de diámetro cada una)
30 gr de harina de garbanzo*
30 gr de harina de quinoa*
60 gr de leche de arroz (aquí puedes usar la leche vegetal que más te apetezca o, incluso, agua)
Aceite de coco o de oliva
* Puedes utilizar harinas que contengan gluten si no eres celíaco o no tienes sensibilidad al gluten. También puedes decantarte por un único tipo, y no mezclar. Recuerda que cada harina es un mundo y requiere distinta cantidad de líquido. Vete añadiendo poco a poco para no pasarte y que queden con la consistencia de una tortita.
Elaboración
En un bol echa las harinas. Sobre la marcha vete añadiendo el líquido poco a poco para que no se formen grumos.
Mezcla con un tenedor o varillas hasta conseguir una mezcla uniforme y bien integrada (vamos, sin grumitos). Reservamos.
En una sartén pequeña (yo utilicé una de 12 cm de diámetro), echa una gotita de aceite de coco (o de oliva, en su defecto) y calienta un poco. No dejes que el aceite humee (nunca).
Vierte la mitad del contenido del bol aproximadamente en la sartén ayudándote de una espátula de silicona, y reparte el contenido por toda la sartén de forma homogénea.
Vigila que el fuego no esté muy alto para que no se queme y se quede cruda por dentro. Lo mejor es un fuego medio y, cuando veas que se va haciendo la masa (el color cambia progresivamente desde los bordes al centro), es hora de darle la vuelta. Ten cuidado y no lo hagas demasiado pronto porque entonces se destrozará la masa y en vez de una tortita te saldrá un alien XP
Deja que se haga por el otro lado. Una vez veas que la tortita está lista, solo tienes que pasarla a un plato y repetir la elaboración.
Si eres de los que necesitan mucho dulce, puedes añadir un chorrito de sirope o de miel para endulzar la mezcla. También puedes añadir un poquito de canela en polvo o de cacao. Esa opción la puedes utilizar si te tomas las tortitas solas, pero otra alternativa es preparar un buen acompañamiento. Creerás que es aquí donde se pone la cosa difícil, pero, como ya te habrás podido imaginar por la foto, cero complicaciones. Puedes usar un chorrito de sirope y unas frutos del bosque congelados (aunque mejor frescos). También puedes decantarte por una mezcla de chocolate utilizando como base la receta del Batido de cacao básico. En este caso, echas menos cantidad de agua para que la mezcla se quede más espesa. Coco rallado, mantequilla de frutos secos, pasas, miel, sirope, fruta, canela en polvo, unos frutos secos picados… ¡imaginación al poder!
Así que la próxima vez que tengas una visita sorpresa o que, simplemente, tienes antojo de algo dulce, rico y sano, en tus manos tienes una posible solución. A mí me encanta poner a las tortitas un chorrito de sirope, un poquito de canela en polvo y un poquito de coco rallado (bueno, sí, quien dice poquito, puede decir mucho, jajajaja). La salsita que se forma está deliciosa, os lo aseguro. Así que, ya sabes, harina, leche y una sartén es prácticamente todo lo que necesitas. Luego, añades lo que más ganas tengas de añadirle a las tortitas y entre tus manos tienes un ¡bocatto di cardinale! Sólo te queda la mejor parte de todas: ¡disfrutar!
Nos vemos pronto 😉
P.D.: si se te apetece algo un poquito más esponjoso y que no lleva gluten, ni azúcar refinada, ni lácteos, ni huevo, prueba las magdalenas sin gluten más ricas del mundo, y verás. Vas a alucinar 😉
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