Aquí estamos nuevamente. Hoy te enseño una receta que tenia que haber salido a la luz hace mucho, pero, cosas de la vida, lo que forma parte de nuestro día a día parece que se nos pasa por alto ¿no? Bueno, la cuestión es que aquí tienes una receta fundamental en la cocina de cualquier persona que quiera hacer mucho por su salud: un batido verde. Si quieres saber por qué se llama así, y cómo comenzó mi historia de amor por los batidos verdes, no te pierdas el post de hoy.
Aún recuerdo el día exacto en que probé mi primer batido verde. Fue exactamente con la receta que te voy a mostrar a continuación. Ese día había ido a trabajar y no me encontraba muy allá. Algo que era más habitual en mí de lo que me gustaba. Estaba en un proceso muy intenso de cambios en muchos sentidos, y la alimentación era uno de ellos. Esa mañana apenas había desayunado porque no era capaz de echarme nada al estómago, algo raro en mí. Cuando regresé a casa después de mi jornada de trabajo, empecé a notar una ligera hambre, pero no tenía el cuerpo como para preparar nada, ni el estómago para darle demasiado trabajo con la digestión. Pensando en lo que podía comer reparé que tenía los ingredientes necesarios para hacerme un batido verde, y el cuerpo con necesidad de uno.
Había leído tanto sobre los batidos verdes que era extraño que, a esas alturas, no me hubiese preparado uno ya. Buen, en realidad, no era extraño que no los hubiese probado aún. Y es que ¿no te ha pasado alguna vez que tienes un plan que quieres poner en acción, que resulta que no es muy complicado, que es algo que realmente quieres hacer, pero, sin saber por qué, no eres capaz de ponerte con ello? Pues eso era exactamente lo que me pasaba a mí con los batidos verdes. «¡¡Jo*** ¿por qué no soy capaz de prepararme uno de esos batidos de una santa vez?» No tenía ni idea, pero así era, llevaba meses queriendo hacerme un batido verde, algo que iba a contribuir mucho a mi salud, pero siempre encontraba algún motivo-excusa por el que finalmente no lo hacía.
Sin embargo, ese día me encontraba delante de la nevera, viendo ese hermoso manojo de espinacas que había comprado un par de días antes, y a la vez mirando hacia la encimera y viendo unos plátanos maduros listos para comer…. «¿Por qué no? Los echos a la batidora y listo. Así como algo que no va a resultarme muy pesado y que no requiere complicación alguna de preparar. Además, así pruebo de una santa vez los dichosos batidos verdes ¿Que no me gusta? pues nada, me tomo algo de fruta y a descansar.» Y así hice, cogí los ingredientes y, después de lavar las espinacas, los eché todos en el vaso de la batidora. Parecía que había visto un fantasma porque mi cara de miedo era total. Me armé de valor y giré el botón de la velocidad. Antes de que me hubiese dado tiempo de racionalizar mis pensamientos y lo absurdo que era que me diera miedo probar algo por el simple hecho de que era verde, tenía el batido listo. Y lo hice, lo probé. Y mi cara de susto, según mis papilas gustativas empezaron a trabajar, pasó a la de asombro total. «¡¿¿Que qué??!! ¡Pero si no sabe a espinacas! ¿Cómo puede ser? ¡Pero si está buenísimo! Pufff ¿y me he pegado todos estos meses queriendo pero no haciendo? Joe, menos mal que hoy me ha dado por hacerme este batido verde…menos mal.» Efectivamente, estaba buenísimo y había tardado nada en prepararlo. Así comenzó mi historia con los batidos verdes, como una maravillosa casualidad improvisada.
Según pasaron las primeras semanas y fui experimentando, los batidos verdes empezaron a formar parte de mi vida de manera regular hasta el día de hoy, en el que prácticamente todos las mañanas desayuno un batido verde. Y aunque he hecho muchísimas combinaciones e intento variar todo lo posible, el Batido Verde Alkaline Love tiene algo especial para mí y siempre vuelvo a él con la agradable añoranza de los comienzos que te cambian la vida.
Y ahora toca explicarte por qué lo llamo Alkaline Love. Pues verás, su nombre está relacionado por las propiedades de este maravilloso batido. Alkaline (alcalino) porque una de las premisas fundamentales de los batidos verdes es que son alcalinos, llenos de nutrientes que permitirán que tu cuerpo funcione de manera óptima. Y lo de Love es porque tiene propiedades muy relacionadas con nuestro órganos sexuales. Por un lado, el plátano es una de las pocas frutas que tiene la cualidad de aumentar la libido y estimular nuestra capacidad sexual. Y esto es posible gracias a la bufotenina, un alcaloide derivado de la serotonina, pero también gracias al potasio, el magnesio y las vitaminas del grupo B que están presentes en esta fruta. Por su parte, la maca también contribuye a aumentar la libido porque ayuda a regular las hormonas. La maca, una raíz nativa de los Andes del Perú, tiene otras muchas propiedades, pero resulta muy beneficiosa, además, para la fertilidad y los síntomas de la menopausia. Como ves, la combinación ya de por sí resulta realmente interesante.
Y llegados a este punto,sólo queda ponerte manos a la obra y, para ello, lo que necesitas es la receta.
Contenido
Ingredientes
1 manojo de espinacas (aproximadamente 80 gramos)
4 plátanos medianos maduros fríos (ver nota más abajo)
1 cda de maca (opcional)
225 ml de agua fría (ver nota más abajo) o unos cubitos de hielo.
Elaboración
Lava las espinacas incluso si son ecológicas, puesto que pueden tener un poco de tierra.
Añade los ingredientes en el vaso de la batidora por este orden: agua, plátanos, espinacas, maca.
Bate hasta que los ingredientes se hayan incorporado adecuadamente. La cantidad de batido resultante será más o menos de unos 750 ml.
Sirve en un vaso o jarra y ¡a disfrutar de tu chute de vida!
Notas de los ingredientes
Si utilizas plátanos muy maduros, el batido sabrá a plátano. Si utilizas plátanos que estén ya maduros, pero no excesivamente, el sabor del plátano se disimulará, aunque mantendrá el sabor dulce que proporciona la fruta. A mí me gusta más utilizar plátanos en su punto exacto, maduritos, pero no en exceso. Si es tu primer batido, te interesa que estén bastante maduros. También puedes añadir un par de dátiles si no encuentras plátanos muy maduros.
La cantidad de líquido dependerá de cómo te guste tomar los batidos. Con 225 ml te quedará un batido líquido, pero no en exceso. En vez de agua puedes utilizar cualquier leche vegetal de tu elección. Normalmente yo utilizo agua para que la digestión del batido sea la mejor posible, pero si es tu primera vez y quieres no arriesgar, échale una leche vegetal, que le disimulará aún más el sabor a a espinacas.
Aunque en este post te cuento que mi primer batido lo ingerí para almorzar, mi recomendación es que los incluyas en tus desayunos porque será cuando tu estómago esté vacío, y tu capacidad digestiva y de asimilación está más despierta. Pero mira la foto y ¿no me digas que no tiene un color súper bonito? Me encanta ese verde vivo. Y a ti también te pasará, créeme.
Bueno, como has podido leer en el post de hoy, algunas veces lo que más nos cuesta es dar ese primer paso, porque luego lo demás viene rodado. Así que, si aún no te has atrevido a probar esta bebida nutritiva y deliciosa, sólo tienes que crear tu propia casualidad improvisada y dejarte maravillar por ella 😉
Un abrazo,
PD: sigo detrás de la pantalla para que me comentes cualquier cosa que quieras.