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Frittelles salados de verduras con aliño alcalino rápido, y cómo el pasado te manda señales premonit

Después de este parón inesperado, pero obligado, vuelvo una semana más para compartir con todos esta estupenda receta que tiene muchos puntos para que se convierta en un plato habitual en vuestra casa. Pero, además, el post viene cargadito de contenido porque, como habéis visto por el título, no sólo tienes una receta, sino ¡dos! Empecemos, que lo importante está por llegar.

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Hace ya muchos años estuve en Inglaterra de au-pair. Y lo mejor de todo fue que estuve con una familia italiana que llevaba muchos años viviendo allí. Los Piffanelli habían conservado muchas de sus costumbres y, además, eran vegetarianos. Yo, que por aquella época tenía 17 años, no había conocido en mi vida a un vegetariano, así que imaginaos el panorama. Me encontraba con una familia que no comía carne ni pescado, yo apenas sabía hablar inglés, y nada más llegar, a finales de septiembre, me puse el abrigo de invierno por el cambio tan fuerte de temperatura. Cambios, cambios y más cambios. Recuerdo que durante la primera semana comí pasta todos los días, incluso en el almuerzo y en la cena. También comíamos pizza, pero de la buena, de la que la masa se preparaba en casa. Yo alucinaba y pensaba que era la forma de darme la bienvenida, pero nada más lejos de la realidad, era su forma de comer porque ¡eran italianos! Después de dos semanas devorando esos platos increíbles, recuerdo que pensé para mí misma «De ésta, Espe, o terminas odiando la pasta o la terminas adorando». Por suerte, ocurrió lo segundo.

Fue allí donde aprendí a cocinar porque en casa, con un padre cocinero, no hacía falta que nadie entrara en la cocina. Durante mi estancia como au-pair me ponía delante de los fogones prácticamente a diario porque era la que me encargaba de preparar la cena. Eran platos sencillos en los que abundaban las verduras y la pasta y de los que jamás me aburrí. Mientras que en aquella época sólo encontrabas en los supermercados de España básicamente tres formas de pasta, en la despensa de esa casa encontrabas este ingrediente en todas las formas habidas y por haber. Y yo disfrutaba como una enana de ese plato tan típico de su cocina porque, en realidad, eso era lo que yo era, una niña. Recuerdo que Grazia, como se llamaba la señora, me comentaba que si yo quería, no había problema en que me compraran carne y pescado, y yo educadamente les decía que no hacía falta. ¿Carne o pescado?? ¡¡No way!! Ya cuando volviera a España, comería carne y pescado; en ese momento sólo quería disfrutar de una comida que a mí me parecía la mar de divertida, diferente y sabrosa.

Durante mi estancia en ese país también aprendí a cocinar algunos platos de casa para que ellos disfrutaran de la gastronomía española, pero claro, con 17 años y un padre y una madre que se encargaba de cocinar siempre, apenas sabía de qué iba aquello. Recuerdo llamar a mis padres a cobro revertido (¡¡dios mío, os vais a creer que soy del Cretácico!! -emoticón con cara de horror- pero es que la tecnología ha avanzado en unos años muy muy muy rápido, justo después de eso- jajajaja), bueno, pues recuerdo pedirles la receta de la tortilla, de las croquetas y de todo lo que me gustaba. Se me daba mejor preparar los platos de pasta, la verdad, pero eso es otra historia que quizá otro día os cuente.

Y así fue como vivir en Inglaterra un año me permitió aprender no sólo un idioma, sino conocer dos culturas  simultáneamente  y la gastronomía de ambas ¡Qué más se puede pedir a una experiencia!

Como todos sabréis, los italianos no sólo comen pasta y pizza. De hecho tienen una gastronomía de lo más variada y, por supuesto, deliciosa. Y una de las recetas que no es tan conocida, pero que merece mucho la pena probar, son los Frittelle (pronúnciese con acento marcado italiano y moviendo una mano).

Aprendí diferentes recetas de los Frittelle, tanto salados como dulces, pero la variedad que más solían preparar era una versión salada con arroz que ya os prepararé por aquí. Quise ser fiel a esa receta que apunté en una libreta y que anda guardada en una caja en el fondo de un trastero, así que le pedí a mi amiga Vane que me echara una mano. Vane está casada con Leo, italiano de pura cepa, así que ella me mandó un par de recetas de un libro que le regaló su suegra y me asesoró. ¿Conclusión? Hoy os traigo una versión de los Frittelle con verduras que, aunque dista mucho de la receta original vegetariana que yo aprendí (que incluía huevo y harina de trigo) y de las que Vane me pasó, pretende ser mi intento vegano de ese sencillo, pero espectacular plato de la gastronomía de Italia. Quizá deberían llamarse de otra manera, quién sabe si más adelante modifico el nombre, más que nada para no “insultar” ese plato tan fantástico. Por ahora, lo dejamos así.

Y sin más os dejo la receta de mis versionados Frittelle:


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Contenido

Ingredientes Frittelle (aproximadamente para unos 18)

  1. 1 calabacín mediano (320 gramos aprox.)

  2. 1 zanahoria mediana (215 gramos aprox.)

  3. 1/2 pimiento rojo (120 gramos aprox.)

  4. 1 diente de ajo

  5. 1 cebolla pequeña (75 gramos aprox.)

  6. Sal sin refinar al gusto

  7. Pimienta  negra molida

  8. 3/4 taza de harina de arroz integral*

  9. 1/2 – 1/3 taza de levadura nutriconal*

  10. 3 cdas de semillas de lino

  11. 3 cdas de semillas de sésamo

  12. Aceite de oliva o de coco

Notas sobre los ingredientes

  1. Puedes utilizar otra harina de tu gusto sin gluten o con gluten, aunque quizá las cantidades puedan variar.

  2. Con respecto a la levadura nutricional, si no dispones de ella, puedes sustituirla por levadura de cerveza, pero ten en cuenta que ésta última tiene gluten.

  3. Cuando utilizo la taza como medida, me refiero a una taza normal, donde te preparas una infusión o un café con leche. Suele equivaler a unos 250 ml.

Elaboración Frittelle

  1. Rallamos la zanahoria y el calabacín. Reservamos.

  2. Picamos el diente de ajo finito, y cortamos el pimiento en cuadrados pequeños (si nos resulta más fácil también podemos rallar el pimiento).

  3. Colocamos todas las verduras en una ensaladera grande, y mezclamos bien.

  4. Con las manos cogemos un puñado de las verduras que hemos picado y apretamos para quitar el exceso de agua. Repetimos el proceso con todas las verduras picadas que resultaron. Reservamos.

  5. Molemos las semillas de lino (solo las de lino).

  6. En la ensaladera donde tenemos las verduras picadas, añadimos los ingredientes secos: sal, pimienta molida, harina, levadura nutricional, semillas de lino molidas y las semillas de sésamo.

  7. Mezclamos bien todos los ingredientes.

  8. Con las manos húmedas cogemos puñados de la mezcla preparada, apretamos bien para compactar la masa y le vamos dando forma de pelota de golf. Aplastamos con cuidado para formar unos medallones. Colocamos en una fuente y repetimos el proceso hasta acabar con toda la masa.

  9. Cubrimos el fondo de una sartén con de aceite de oliva o de coco. Calentamos el aceite (que no humee) e introducimos los Frittelle. Cuando hayan pasado un par de minutos y se hayan dorando por un lado, le damos la vuelta para que se doren por el otro.

  10. Servimos inmediatamente, aunque también están muy ricos a temperatura ambiente.

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Ingredientes Aliño alcalino rápido

  1. 2 cdas de aceite de oliva virgen presión en frío

  2. 1 cda de salsa de mostaza ecológica

  3. 1 cda de pasta de Umeboshi

  4. Sal sin refinar (yo no le echo porque me parece que ya tiene bastante sabor, así que si consideras que la necesita, añádela).

Elaboración Aliño alcalino rápido

  1. En un bol pequeño ponemos todos los ingredientes del aliño.

  2. Con una varilla pequeñita o un tenedor mezclamos bien para que el aliño emulsione.

  3. Vertemos sobre la ensalada que hayamos preparado, mezclamos bien y ¡a disfrutar!


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Como has podido comprobar, el año en Inglaterra sutilmente me adelantó cómo cambiaría mi alimentación con el tiempo. Yo, sinceramente, no presté nada de atención. Y es que la vida, algunas veces, tiene esa curiosa manera de susurrarte al oído lo que el futuro te depara. Quizá si estuviéramos más atentos, podríamos ahorrarnos mucho, pero supongo que la vida es así, con su profundo misterio y con su hermoso desconocimiento que nos hace que cada día sea una nueva aventura. Quién sabe lo que me susurra ahora y no estoy escuchando. Mejor verlo cuando toque ¿no os parece?

Un abrazo,


PD: la masa de los Frittelle la podéis preparar y guardar en la nevera para prepararlos al día siguiente. Están igual de buenos que si los preparáis sobre la marcha. Así que un plus para esta receta que te permite planificar y no estar con el corre-corre todo el día 😉

PD2: me encantaría que me contaras alguna experiencia tuya en la que el pasado te susurró algo de tu futuro y no te diste cuenta «a tiempo». Así que si se te apetece, ya sabes, aquí ando detrás de la pantalla ¡¡Ahh!! Y, si es sobre otro tema, también me encantará saber de ti.


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