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¿Tienes una Tiroiditis autoinmune? Elimina el gluten de tu dieta

Existen multitud de estudios que demuestran la estrecha relación entre las enfermedades autoinmunes y el gluten. Hoy concretamente vamos a hablar de la conexión existente entre las enfermedades autoinmunes de la tiroides y el gluten. Te recomiendo que no te pierdas el artículo de hoy porque en unos minutos entenderás por qué el gluten es tu peor enemigo si padeces Tiroiditis de Hashimoto o la Enfermedad de Graves-Basedow.


Contenido


Qué es el gluten

Como te comentaba en el post Cómo saber si eres celíaco – Todos los síntomas que un celíaco puede experimentar, el gluten es un complejo de proteínas que se encuentra en la semilla de muchos cereales. El término gluten se aplica específicamente a la combinación de la gliadina (un tipo de prolamina) y la glutenina (un tipo de glutelina), ambas proteínas.



Gluten

Las personas que tienen algún problema con el gluten, en realidad, lo tienen con determinados tipos de prolaminas, no con las glutelinas, aunque parezca contradictorio. Por tanto, las personas que presentan algún tipo de intolerancia al gluten, en realidad, tienen un problema con la gliadina, presente en muchos tipos de cereales (trigo, espelta, kamut, cebada, centeno, etc.).


La principal función del gluten es la de aglutinante, es decir, la de pegamento que une los diversos ingredientes que se utilizan en panadería y pastelería, y que confieren una consistencia elástica a las masas. Por eso es un ingrediente tan apreciado a la hora de elaborar muchos de los productos que se consumen en la actualidad.


Un fallo de identidad

Sin embargo, ¿qué relación existe entre esta proteína y el hecho de padecer una enfermedad autoinmune de la glándula tiroidea? ¿El gluten no era solo un problema para los celíacos? Puede que te estés haciendo estas preguntas, pero deja que te diga que nada más lejos de la realidad. Sí existe una estrecha relación entre gluten y tiroides; y no, el gluten no es solo un problema para los celíacos.


Desgraciadamente, el gluten es una sustancia que afecta a celiacos, a personas sensibles al dicha proteína y a personas con una patología que aparentemente nada tiene que ver con él. Resulta alarmante como, todavía hoy en día, muchos pacientes e incluso muchos médicos especialistas desconocen la estrecha relación que existe entre este compuesto y determinadas enfermedades autoinmunes.


De hecho, la conexión que existe entre el gluten y las enfermedades autoinmunes de la tiroides es tal que los investigadores indican que todas aquellas personas que tienen una patología de este tipo, ya bien sea la Tiroiditis de Hashimoto como la Enfermedad de Graves-Basedow, deberían someterse a las pruebas de la celiaquía y viceversa.


Tiroiditis autoinmunes y consumo de gluten

Pero ¿a qué se debe esta estrecha conexión entre estas enfermedades? Pues nada más y nada menos que a un fallo de identidad. De hecho, lo que ocurre exactamente es que la estructura de la gliadina, esa parte del gluten que indicábamos que causaba problemas en las personas intolerantes al gluten, se parece extremadamente a la estructura de los tejidos de la  glándula tiroidea.


De este modo, cuando una persona con tiroiditis autoinmune ingiere, por ejemplo, un trozo de pan de pita con Hummus de calabaza asada y comino, el pan al contener gluten, hace que la gliadina atraviese la barrera protectora de los intestinos y entre en el torrente sanguíneo.


Lo siguiente que tiene lugar es que el sistema inmune etiqueta dicha gliadina como algo dañino, algo que debe destruir. Desgraciadamente, los anticuerpos contra la gliadina que genera el sistema inmune para eliminar dicha proteína también atacan a la glándula tiroidea.


¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué el sistema inmune no es capaz de saber qué tiene que atacar y qué no? Pues muy sencillo. Resulta que cada vez que una persona está expuesta a una bacteria, un virus o cualquier tipo de patógeno, el sistema inmune memoriza la estructura de dicho patógeno, más concretamente la secuencia proteica. Y lo hace con la finalidad de poder reconocerlo a partir de ese momento, y defender al cuerpo del ataque que genere.


Ahora bien, el sistema inmune no es infalible. Por ello, cuando la estructura molecular y la secuencia proteica son lo suficientemente parecidas a la de un patógeno, se puede engañar fácilmente al sistema inmune para que ataque a esas moléculas que se parecen, moléculas que son, de hecho, parte de los tejidos del cuerpo. Como consecuencia, la enfermedad autoinmune entra en juego.


Gluten y tiroides

Y esto es lo que ocurre claramente con el gluten y las tiroiditis autoinmune, en las que el mimetismo molecular se da. El sistema inmune conoce la secuencia proteica de un antiguo enemigo, de repente detecta otra secuencia proteica prácticamente igual, y al ataque que se lanza para evitar que se cause daño. Lo que no sabe el sistema inmune es que está atacando a tejidos, células y estructuras sanas que no tienen nada que ver con el patógeno frente al que se piensa que está.


Por tanto, toda aquella persona que tiene una enfermedad autoinmune de la tiroides, al consumir gluten, va a hacer que su sistema inmunitario ataque a su propia glándula tiroidea destruyéndola o hiperactivándola.


La importancia de eliminar el gluten

Cualquiera que tiene una tiroiditis autoinmune tiene que tener muy presente la importancia de eliminar de su alimentación todos los productos que contengan gluten. Y es que los efectos que tienen en el cuerpo el consumo de este tipo de alimentos puede durar hasta 6 meses cada vez que ingiere gluten.


En estos casos no vale ningún tipo de excepción o indulgencia. Si tienes una enfermedad autoinmune de la tiroides no valen términos medios, las medias tintas, ni consumir prácticamente todo sin gluten. Aquí lo único que vale es la totalidad, es decir, eliminar el gluten al 100% de la dieta y hacerlo para siempre.


¿Que no es fácil eliminar el gluten de la alimentación y más a determinadas edades en las que ya hay unos hábitos adquiridos? no lo duda nadie. Sin embargo, en la actualidad, y dado el gran número de personas afectadas por la Enfermedad Celiaca, disponemos de un mayor número de opciones que nos hacen la tarea mucho más fácil.


Ahora bien, no te dejes engañar por todo aquello que figura con la etiqueta «sin gluten» o «libre de gluten» porque no tiene por qué ser sinónimo de saludable. Es importante leer el etiquetado de los productos y no meter algo directamente en el carro de la compra por el simple hecho de que no contenga gluten. Si quieres conocer más detalle de todo aquello que contiene gluten y qué puedes o no puedes consumir si tienes la Tiroiditis de Hashimoto o la Enfermedad de Graves-Basedow, lee este post porque tienes información de mucho valor.


Gluten y tiroiditis autoinmunes

Para muchos puede resultar una postura radical cuando alguien hace cambios en su alimentación por motivos de salud y tiene que dejar de consumir gluten, lácteos o lo que sea. Porque la vida de cualquiera se trastoca. Puede que a partir de ese momento, en vez de hacer la compra en diez minutos, se tarde media hora porque se tiene que leer todas las etiquetas correctamente. Incluso lo más probable es que que ya no se pueda salir a comer a todos los sitios a los que antes se iba, incluso que se maree al camarero haciéndole infinitas preguntas sobre los ingredientes de cualquier plato.


Sin embargo, cuando tu salud depende de ello no es cuestión de radicalismos, sino de coherencia y sentido común. ¿Qué prefieres? ¿Eliminar el gluten «radicalmente» o destruir tu tiroides y tu salud progresivamente mientras estás medicada el resto de tu vida? Cualquiera que tenga un poco de sentido común sabe la respuesta a esta pregunta. Ahora bien, esto es una opción totalmente personal, y quien debe decidir y opinar al respecto es única y exclusivamente la persona que está afectada. ¿No te parece?


Un abrazo,


P.D.: Si quieres leer sobre algunos de los estudios publicados, te facilito a continuación los enlaces a algunos de los abstracts que encuentras en Internet, y así puedas leer sobre el tema y profundizar:

  1. Pekka Collin, et al. (1994).

  2. Akçay MN (2003).

  3. Sategna-Guidetti, et al. (1998)

  4. Strieder TG, et al. (2003)

  5. Hakanen M, et al. (2001)

  6. Chin Lye Ch’ng, et al. (2007)

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