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La Enfermedad de Graves-Basedow, hipertirodismo autoinmune

¿Te imaginas tener las pulsaciones en reposo tan altas que prácticamente no puedes invertir la más mínima energía de tu cuerpo en mover tan si quiera un brazo? Pues esto es lo que experimentaba una de mis hermanas cuando su enfermedad estaba haciendo de las suyas. Te presento a la Enfermedad de Graves-Basedow, sobre la que sé bastante desgraciadamente porque, como te decía, una hermana mía fue diagnosticada hace años con ella. Así que créeme cuando te digo que conozco los síntomas que experimenta una persona y lo que supone vivir con ella. Así que, si quieres saber más sobre esta enfermedad, no te pierdas el post de hoy.


Contenido



Qué es la Enfermedad de Graves-Basedow

Hace poco hablábamos en el blog sobre la Tiroiditis de Hashimoto. Podríamos decir que la Enfermedad de Hashimoto es hermana de la Enfermedad de Graves-Basedow, puesto que también se trata de una tiroiditis autoinmune, es decir, una enfermedad autoinmune que afecta a la glándula de la tiroides.


Como enfermedad autoinmune que es, implica que el sistema inmunológico de la persona que la padece ataca por error la glándula de la tiroides. Este ataque conlleva que los anticuerpos producidos por el sistema inmune, llamadas Inmunoglobulinas estimuladoras de la tiroides (o TSI, su sigla en inglés) se fijen a la superficie de las células de la tiroides.  Como consecuencia, se estimulan dichas células y éstas producen un exceso de hormonas. Nos encontramos, pues, frente a una tiroides hiperactiva, lo que se conoce como hipertiroidismo.


Enfermedad de Graves-Basedow


Causas de la Enfermedad de Graves-Basedow

En la actualidad, las enfermedades autoinmunes no tienen reconocida por la medicina oficial una causa que las origine. Sin embargo, lo que sí se tiene claro es que son varios los factores que desencadenan esta patología.


En personas con una predisposición genética a padecer EGB (Enfermedad de Graves-Basedow), determinados factores pueden desencadenar dicha patología. Por tanto, sabemos que hay un componente genético que origina que una persona pueda desarrollar esta enfermedad y otra, estando ambas expuestas a los mismos factores, no. Entre dichos agentes se encuentran:

  1. El estrés.

  2. Preponderancia de hormonas sexuales femeninas.

  3. Infección bacteriana o viral.

  4. Fármacos.

  5. Tabaco.

EGB

En estos casos, lo que ocurre es que se rompe la tolerancia inmunológica y se inicia el proceso autoinmune en aquellas personas con determinados genes (complejo HLA) que han estado expuestas a alguno o varios de los factores citados.

En qué consiste la Enfermedad de Graves-Basedow

Como veíamos al principio del post, si tienes la Enfermedad de Graves-Basedow, tu sistema inmunológico ataca por error a la glándula de la tiroides y los anticuerpos producidos estimulan dicha glándula. Como consecuencia, hay una producción de hormonas tiroides mayor de lo normal.


Es lo que conocemos como hipertiroidismo. De hecho, esta patología es la causa más frecuente de hipertiroidismo. Esto significa que la gran mayoría de personas que tienen hipertiroidismo se debe a que tienen la Enfermedad de Graves-Basedow.


¿Qué consecuencias supone el tener la tiroides hiperactiva? La primera de ellas, como acabamos de ver, es un aumento en la producción de las hormonas tiroideas. Las hormonas de la tiroides se denominan T3 y T4.


La T3 es la principal forma activa de la hormona tiroidea y es producida en la tiroides. Ahora bien la glándula tiroides produce únicamente una pequeña cantidad de T3. La gran mayoría se produce en los tejidos del cuerpo. Por otra parte, la glándula tiroidea también se encarga de producir T4.


La diferencia existente entre la T4 y la T3 es su composición. Aunque las dos hormonas están formadas por un aminoácido, la tirosina, y yodo, la T3 contiene 3 átomos de yodo; y la T4, 4 átomos. Lo que ocurre en los tejidos del cuerpo es que es ahí donde se elimina un átomo de yodo de la T4, convirtiéndose en T3.


Como veíamos en el post sobre la Enfermedad de Hashimoto, la cantidad diaria que se produce de T4 es de 80 mg al día; y de T3, 50 mg al día. Esta producción conlleva unos niveles normales en sangre de ambas hormonas. Ahora bien ¿cómo sabe el cuerpo qué cantidad tiene que producir de estas hormonas? Pues gracias a otras dos glándulas: la hipófisis y el hipotálamo.


Por una parte, la hipófisis se encarga de detectar la cantidad de hormonas tiroideas que hay en la sangre. Si esta parte de nuestro cerebro ve que la tiroides no ha producido suficientes hormonas, se encarga de producir a su vez otra hormona, la TSH Thyroid Stimulating Hormone. La hormona estimulante de la tiroides, como su nombre indica, se encarga de estimular la tiroides para que produzca suficiente T4 y T3.


Por otra parte, el hipotálamo ayuda a la hipófisis a ponerse en acción liberando una hormona, la TRH o Thyroid Realising Hormone, es decir, hormona liberadora de la tiroides. Esta hormona pasa del hipotálamo a la hipófisis para que ésta última produzca TSH.



T4 y T3

Lo que ocurre en el caso de la Enfermedad de Graves-Basedow es que la glándula tiroidea está hiperactiva, es decir, que produce más cantidad de T4 y T3 de lo normal. De modo que los 80 y los 50 mg respectivamente de estas hormonas que en una persona sana se liberan diariamente se ven superados por la acción del sistema inmune sobre las células de la tiroides.


De aquí se deriva la siguiente consecuencia de la enfermedad, la hipófisis, al detectar en sangre más cantidad de la necesaria de T4 y T3 hace que se reduzca la producción de TSH hasta niveles prácticamente nulos.

Síntomas de la Enfermedad de Graves-Basedow

El hecho de que la tiroides esté siendo sobreestimulada origina una serie de síntomas que se deben controlar, puesto que pueden ser bastante limitantes y problemáticos. Obviamente, cada paciente es un mundo, sin embargo, los dos principales síntomas de la Enfermedad de Graves-Basedow son el bocio y el hipertiroidismo. Estos, a su vez, abarcan un espectro tan amplio de síntomas que te sorprenderá conocerlos:

  1. Bocio hiperplásico, es decir, aumento del tamaño de la glándula tiroidea.


2. Hipertiroidismo:

  • Ansiedad o nerviosismo.

  • Alteración del sueño (insomnio).

  • Dificultad para concentrarse.

  • Pérdida de memoria.

  • Cambios de humor.

  • Fatiga.

  • Debilidad muscular.

  • Taquicardia severa (latidos cardíacos irregulares y rápidos).

  • Arritmias.

  • Temblor de manos.

  • Dificultad para respirar cuando se realiza prácticamente cualquier actividad.

  • Aumento de la sed.

  • Deposiciones frecuentes.

  • Vómitos.

  • Caída del cabello.

  • Aumento de la sudoración.

  • Sensibilidad al calor (intolerancia).

  • Menstruación irregular.

  • Aumento del apetito.

  • Pérdida de peso (a pesar del aumento del apetito).

  • Globos oculares sobresalidos, es decir, ojos saltones (exoftalmos).

  • Ojos dolorosos, irritados y llorosos.

  • Inflamación de la parte anterior de las piernas (mixedema).


Síntomas de la Enfermedad de Graves-Basedow

Y esta variedad de síntomas es debido a que la tiroides juega un papel importantísimo en multitud de funciones del cuerpo. Si quieres conocer más detenidamente todas las funciones, pincha en este enlace que te lleva al artículo sobre la Tiroiditis de Hashimoto, donde te comento a qué es debido que una enfermedad como la de Graves-Basedow pueda afectar desde el corazón, los ojos, la piel, el cabello, el sistema nervioso, el sistema digestivo, etc.


Diagnóstico de la Enfermedad de Graves-Basedow

Para poder saber si una persona tiene la Enfermedad de Graves-Basedow, tiene que someterse a una serie de pruebas que, junto con el historial clínico y familiar, ayudarán a emitir un diagnóstico. Las pruebas que suelen realizarse son las siguientes:


1. Examen físico: comprobación del aumento del tamaño de la tiroides, irritación en los ojos, pulso acelerado, indicios de temblores y observación de otros síntomas propios de la enfermedad.



2. Analítica de sangre:

  • Niveles de T4 y T3: altos. En raras ocasiones aumenta sólo el nivel de la T3.

  • Nivel de la TSH: bajos, incluso por debajo del límite de detección (es lo que se conoce como TSH inhibida).

  • Anticuerpos Antitiroglobulina (ATg), Peroxidasa Tiroidal (TPO), Inmunoglobulina de la Glándula Tiroidea (TSI): positivos.

3. Ecografía de la tiroides: permite observar si existen nódulos en la glándula.


4. Gammagrafía tiroidea: permite establecer el tipo de hipertiroidismo.


5. Prueba de captación del yodo radioactivo: que demuestra una alta acumulación de yodo radioactivo en la tiroides.

Tratamiento de la Enfermedad de Graves-Basedow

El tratamiento de la medicina alopática depende de la respuesta que vaya teniendo el paciente, de modo que puede abarcar desde medicación por vía oral hasta cirugía. Veamos cuáles son las distintas alternativas que hoy por hoy ofrecen:

  1. Medicamentos betabloqueadores: este tipo de tratamiento se prescribe para reducir la frecuencia cardíaca, la sudoración y la ansiedad. El tratamiento se prescribirá hasta que la tiroides esté controlada.

  2. Medicamentos antitiroideos: en este caso lo que hacen este tipo de medicamentos es inhibir la formación de T4 y T3 cambiando la forma en que la tiroides utiliza el yodo. El tratamiento puede ser prescrito a largo plazo o antes de otro tipo de tratamientos. Las revisiones también deben ser constantes, puestos que los efectos secundarios que pueden causar son importantes.

  3. Tratamiento con yodo radioactivo: el tratamiento es suministrado por vía oral. El yodo radioactivo se encarga de destruir las células de la tiroides que están hiperactivas a través de radioactividad. La consecuencia es que destruye la glándula, por lo que el paciente tiene que recibir medicación de por vida, puesto que la tiroides pasa a estar hipoactiva.

  4. Cirugía: en este caso, la intervención quirúrgica se realiza con la finalidad de extirpar la glándula tiroidea. Esta alternativa es la utilizada cuando ninguno de los anteriores tratamientos ha funcionado. Y es que el riesgo que implica es bastante elevado (las glándulas paratiroideas y los nervios de la laringe se encuentran muy cercas).

Sea como fuere, estos tratamientos en realidad no curan la enfermedad, lo que hacen es paliar síntomas. Además, la persona está sometida a medicación de por vida, con todos los efectos secundarios que cada uno de los tratamientos implica. Conozco todas estas opciones porque mi padre y mi tía las recibieron hace muchos años. Hoy siguen medicados porque no les queda otro remedio.


Sin embargo, por suerte para mi hermana, a puertas de darse el yodo radiactivo y de seguir la saga familiar, hizo los cambios en el estilo de vida que le sugerí y poco tiempo después recibió de su endocrina una de las mejores noticias de su vida: su tiroides estaba funcionando correctamente.

La médico sigue esperando que mi hermana se ponga hipertiroidea, puesto que no creía que los cambios que ella había instaurado supusieran un cambio tan importante y radical. Mi hermana tiene la tranquilidad de saber que ella es la artífice de haber recuperado su salud.

Un abrazo,


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