Casi 3 millones de personas en todo el mundo están diagnosticadas con una enfermedad de la que se sabe más bien poco, la Esclerosis Múltiple. Son más de 40.000 en España las que padecen una enfermedad de la que tampoco se tiene una prueba diagnóstica ni síntoma específico que indique que se tiene esta patología. Desgraciadamente, aunque existen muchos ensayos clínicos para encontrar una cura a esta enfermedad, a día de hoy, no se ha encontrado remedio. Sin embargo, en este post y en los próximos te contaré datos realmente importantes sobre la Esclerosis Múltiple que son fundamentales conocer si tienes esta enfermedad o conoces a alguien cercano que la tiene.
Contenido
Qué es la Esclerosis Múltiple
La esclerosis múltiple es una enfermedad crónica del Sistema Nervioso Central. En un principio se pensó que era una enfermedad autoinmune porque el sistema inmunitario de la persona que la padece ataca al sistema nervioso central.
Sin embargo, los investigadores han concluido que, en realidad, la esclerosis múltiple es un trastorno inmunomediado, y no autoinmune. ¿Por qué? Pues porque todavía se desconoce cuál es el antígeno exacto que la origina.
Un antígeno es una sustancia que, una vez dentro del organismo, origina que el sistema inmune produzca un anticuerpo. Ese anticuerpo tiene la finalidad de destruir dicho antígeno, ya que lo reconoce como algo extraño, ajeno al cuerpo y, por tanto, dañino. Los antígenos pueden provenir del exterior del cuerpo o ser creados por él.
Para entender con más claridad en qué consiste esta enfermedad, primero tenemos que conocer un poco el sistema nervioso central.
El Sistema Nervioso Central
El sistema nervioso central está compuesto por el cerebro, la espina dorsal y el nervio óptico. Este sistema contiene millones de células que se unen entre sí mediante fibras nerviosas. Estas fibras nerviosas están recubiertas por una sustancia grasa que las aísla y protege, denominada mielina. La mielina permite la conducción de los impulsos eléctricos entre las distintas estructuras del cerebro.
Una de las funciones de la mielina es la de aislar las fibras nerviosas con el fin de que los impulsos eléctricos se mantengan en su propio lugar y no se originen falsos circuitos.
En qué consiste la Esclerosis Múltiple
Independientemente de que la enfermedad sea autoinmune o inmunomedidada, lo que ocurre en el caso de la Esclerosis Múltiple es que el sistema inmune ataca por error la vaina protectora, la mielina, que cubre las fibras nerviosas. La mielina se inflama y se separa de las fibras nerviosas, y posteriormente es destruida.
El proceso de desmielinización forma un tejido cicatrizado, es decir, un tejido esclerótico. Este resultado originado al dañarse la mielina (tejido esclerótico) es lo que da nombre a la enfermedad (esclerosis múltiple).
La enfermedad cursa con períodos de remisión y con recaídas. Durante los períodos en los que la enfermedad remite, la mielina puede recuperarse totalmente. Sin embargo, cuando se repite este proceso inflamatorio de manera continuada, es decir, cuando los episodios en los que el sistema inmune ataca a la mielina se prolongan en el tiempo, se termina formando la esclerosis del tejido. Estas cicatrices son las que afectan a los impulsos eléctricos.
Consecuencias de la desmielinización
Como hemos podido ver, la mielina tiene una función importantísima dentro del sistema nervioso central, ya que es la parte que se encarga de proteger las fibras nerviosas. Esta sustancia grasa, además, hace que aumente la velocidad de transmisión de la información enviada desde el cerebro al resto del cuerpo para que éste lleve a cabo todas las funciones adecuadamente.
Por tanto, cuando la mielina resulta atacada y destruida de forma progresiva, las distintas funciones que cumple se ven completamente alteradas. Como consecuencia algunos de los impulsos eléctricos que circulan por la zona afectada son bloqueados o retrasados en su paso desde el cerebro, o de éste hacia otro lugar del cuerpo. Es en este momento cuando empiezan a surgir los síntomas de la enfermedad.
Síntomas de la Esclerosis Múltiple
Los síntomas de la Esclerosis Múltiple varían dependiendo de la gravedad o extensión de las lesiones presentes en la mielina, así como de la ubicación de estas lesiones en el sistema nervioso central. Como consecuencia de ello, los síntomas de la Esclerosis Múltiples pueden ser muy distintos de una persona a otra.
Los síntomas más comunes de la Esclerosis Múltiple van desde problemas de coordinación hasta espasmos estomacales. Sin embargo, esta enfermedad también puede afectar a la visión o a los órganos sexuales y es que, al ser el Sistema Nervioso Central el objeto de ataque del sistema inmunológico, cualquier parte del cuerpo puede experimentar las consecuencias.
Síntomas musculares
Entumecimiento o sensación anormal en cualquier zona, normalmente en brazos, manos, piernas y pies (hormigueo, picazón o ardor).
Espasmos musculares o calambres. Se produce una contracción de los músculos sin que la persona quiera. El músculo no se relaja. Puede afectar a uno o varios músculos o a una zona concreta del músculo.
Debilidad o parálisis de uno o más miembros.
Temblor en los miembros.
Problemas de coordinación.
Pérdida de equilibrio.
Síntomas intestinales y urinarios
Estreñimiento.
Incontinencia fecal.
Dificultad para comenzar a orinar.
Necesidad frecuente de orinar.
Incontinencia urinaria.
Síntomas oculares
Visión borrosa.
Visión doble.
Dolor o sensación de quemazón en los ojos.
Movimientos oculares rápidos e incontrolables.
Pérdida de visión (normalmente de un ojo).
Otros síntomas
Cansancio, fatiga, falta de energía, agotamiento.
Mareo.
Pérdida de memoria.
Disminución de la capacidad de atención.
Depresión.
Pérdida de audición.
Problemas para masticar.
Problemas para tragar.
Problemas en la articulación del lenguaje.
Problemas de erección.
Problemas de lubricación vaginal.
Disminución de la apetencia sexual.
Causas de la Esclerosis Múltiple
Desgraciadamente, se desconocen las causas exactas de la Esclerosis Múltiple. Lo que sí se conoce es el hecho de que el sistema inmunológico de la persona en cuestión deja de funcionar correctamente y, en vez de proteger el organismo atacando los distintos patógenos que lo invaden, lo que hace es atacar estructuras sanas del cuerpo.
En el caso de las personas con Esclerosis Múltiples el sistema inmunológico empieza a atacar la mielina, destruyéndola y dando lugar a la interrupción de la transmisión nerviosa, necesaria para poder llevar a cabo incluso las funciones más básicas que uno puede imaginar.
Pero ¿por qué una persona desarrolla la enfermedad y otra persona no la desarrolla? Pues porque, como ya hemos visto en diversos artículos del blog, las enfermedades autoinmunes, en este caso inmunomediada, son multifactoriales, es decir, en una misma persona deben coincidir múltiples factores para que la enfermedad finalmente se desarrolle.
De este modo, si en una persona concurren los suficientes factores, desarrollará la enfermedad; mientras que otra persona en la que no concurren prácticamente ninguno de ellos, no desarrollará la enfermedad. Veamos algunos de ellos.
Factores genéticos
Muchas personas creen que la Esclerosis Múltiple es una enfermedad hereditaria, pero no es así. La Esclerosis Múltiple no es una enfermedad hereditaria, pero sí es una enfermedad en la que existe una tendencia familiar importante a la hora de desarrollar la enfermedad. De modo que, un padre puede no padecer la enfermedad, pero sí un hijo, ya que un pariente lejano sí la tenía.
Por tanto, lo que se sabe a día de hoy es que hay una predisposición genética que lleva a que el sistema inmunológico de una persona tenga una respuesta anormal atacando a la mielina cuando se conjugan otros factores. Esto supone que esa persona desarrolle Esclerosis Múltiple.
Factores ambientales
Una de las teorías que se bajara como decisiva a la hora de desarrollar o no esta patología es el hecho de vivir durante los primeros quince años de vida en zonas alejadas del ecuador. Los estudios epidemiológicos demuestran que hay una incidencia menor a padecer esta enfermedad cuando se vive en zonas cercanas al ecuador.
Factores virales
Por otro lado, como ocurre en la mayoría de las enfermedades autoinmunes, no se descarta que la exposición a ciertos virus durante la infancia causen la inflamación y desmielinización características de la Esclerosis Múltiple. Sin embargo, los estudios de los que se dispone en la actualidad, no arrojan certeza alguna sobre cuáles son los virus que la originan.
Ahora bien, aunque la ciencia desconozca la causa o las causas que originan esta enfermedad, es fundamental el papel que juega el paciente en su proceso. De hecho es de vital importancia que conozca su enfermedad y todas las alternativas con las que se cuenta en la actualidad, de modo que las decisiones que se tomen con respecto a su patología sean las más adecuadas para él.
Un abrazo,
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