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21 síntomas de que tienes Tiroiditis de Hashimoto

Hoy toca hablar sobre una de las enfermedades autoinmunes que afecta a la glándula Tiroides, la Tiroiditis de Hashimoto. Quizá desconozcas que esta patología es la forma más común de tiroiditis (inflamación de la tiroides), o que la edad a la que suele aparecer es entre los 30 y los 50 años. Quizá tampoco sepas que la tasa de incidencia entre mujeres y hombres es de 9:1, es decir, que por cada hombre con esta patología, hay 9 mujeres que la padecen. Y ya puestos cualquier persona que no conozca realmente la enfermedad puede que desconozca que los síntomas de la Tiroiditis de Hashimoto son tan variopintos que puede parecer que tu cuerpo entero ya no sabe lo que hace. Interesante ¿verdad? Pues mucho más en el post de hoy. No te lo pierdas.


Contenido


Qué es la Tiroiditis de Hashimoto

La Tiroiditis de Hashimoto, también conocida como Tiroiditis crónica o Enfermedad de Hashimoto, es una enfermedad autoinmune que afecta a la glándula tiroides. Como ocurre con todas las enfermedades autoinmunes, el cuerpo reacciona contra sus propias células y sistemas atacándolos sin causa aparente. En el caso de la Enfermedad de Hashimoto, es la Tiroides el órgano que se ve afectado por dicho ataque.


Enfermedades de la tiroides

Pero para entender la problemática de esta enfermedad, primero tienes que saber qué es y qué hace exactamente la Tiroides.


LA TIROIDES

La Tiroides es una glándula con forma de mariposa que se localiza en el cuello, justo encima del lugar en el que los huesos de la clavícula se encuentran.


Tiroides

Funciones de la tiroides

Al ser la tiroides una glándula endocrina, su función es la de producir una serie de hormonas. Las hormonas son sustancias producidas por nuestro organismo para regular infinitas actividades. Y resulta que las hormonas que produce la tiroides no solo regulan el metabolismo del cuerpo, sino que también regulan la sensibilidad del cuerpo a otras hormonas.


Es por ello que la tiroides interviene en tantísimas funciones del organismo, pero veamos cuáles son las funciones más importantes de la tiroides:


1. Controlar la frecuencia cardíaca.

2. Controlar las concentraciones de colesterol.

3. Intervenir en la síntesis de glucógeno y en la utilización de la glucosa.

4. Intervenir en la formación de la vitamina A.

5. Mantener la temperatura corporal, el tracto gastrointestinal y las funciones cognitivas (memoria).

6. Determinar la rapidez con la que los alimentos se transforman en energía (metabolismo).

7. Influir en el peso corporal, la fuerza muscular, los nervios y el nivel energético.

8. Controlar la cantidad de calcio en la sangre.

9. Controlar la regularidad de la menstruación y la fertilidad.

10. Influir en las condiciones de la piel.

11. Actuar en la síntesis y degradación de las grasas.

12. Influir en el desarrollo del sistema nervioso.

Hormonas de la tiroides

Ahora bien, para entender mejor las enfermedades de la tiroides, tienes que tener en cuenta las hormonas que produce dicha glándula. Vamos a ver rápidamente las principales hormonas secretadas por la tiroides y la cantidad que producen al día:


  1. T4 (tiroxina): 80 microgramos/día

  2. T3 (triyodotironina): 50 microgramos/día

Estas hormonas son almacenadas y luego liberadas a la sangre según sean necesarias. Cuando son liberadas, prácticamente el 100% de ambas hormonas se unen a unas proteínas transportadoras (Globulina fijadora de tiroxina). Sin embargo, queda una pequeña cantidad que no se une a ninguna proteína, es decir, permanecen libres; es lo que se conoce como T4 libre (T4L o fT4) y T3 libre (T3L o fT3).


Ahora bien, ¿quién determina que se produzcan o no estas hormonas? pues dos partes concretas del cerebro: la hipófisis y el hipotálamo.


Glándula tiroides

Por una parte, la hipófisis se encarga de detectar la cantidad de hormonas tiroideas que hay en la sangre. Si esta parte de nuestro cerebro ve que la tiroides no ha producido suficientes hormonas, se encarga de producir a su vez otra hormona, la TSH o Thyroid Stimulating Hormone. La hormona estimulante de la tiroides, como su nombre indica, se encarga de estimular la tiroides para que produzca suficiente T4 y T3. Si, por el contrario, la tiroides está produciendo suficientes hormonas tiroideas, la hipófisis hace que se reduzca la producción de TSH.


Por otra parte, el hipotálamo ayuda a la hipófisis a ponerse en acción liberando una hormona, la TRH o Thyroid Realising Hormone, es decir, hormona liberadora de la tiroides. Esta hormona pasa del hipotálamo a la hipófisis para que éstaúltima produzca TSH.


Por tanto, cuando una persona presenta la Enfermedad de Hashimoto es porque la glándula tiroidea ha perdido la capacidad de producir suficientes hormonas tiroideas para satisfacer las necesidades del cuerpo.

En qué consiste la Tiroiditis de Hashimoto

Como veíamos en el apartado anterior, cuando una persona tiene Tiroiditis de Hashimoto, significa que tiene un sistema inmunológico que ataca a la Tiroides por error. Como consecuencia de este ataque, las células de la tiroides van siendo destruidas lenta y progresivamente en un proceso que puede durar años.


Llegados a este punto, la tiroides va perdiendo la capacidad de producir T4 y T3. Los niveles en sangre de estas hormonas van a ser bajos y, como resultado, el hipotálamo va a producir más cantidad de la habitual de TRH (Hormona Liberadora de la Tiroides).


La presencia de la TRH va a originar la hipófisis produzca más TSH (Hormona Estimulante de la Tiroides). La TSH va a decirle a la tiroides que se ponga las pilas y produzca más T4 y T3. Y, en las primeras fases de la enfermedad, esta advertencia de la hipófisis es más que suficiente para que los niveles de T4 y T3 van recuperándose.


En este punto, si el paciente se realiza una analítica de sangre, se puede observar como los niveles de TSH son más elevados de lo normal. Sin embargo, la persona no presenta síntomas propios de la enfermedad. Esto es lo que se conoce como Hipotirodismo Subclínico.


Sin embargo, según la enfermedad avanza y las células de la tiroides han sido destruidas, ante la presencia de TSH, la capacidad para reaccionar y producir más T4 y T3 va desapareciendo. Esto supone que los niveles de T4 y T3 se mantengan bajos, el de la TSH altos y la persona presente los síntomas de la Tiroiditis de Hashimoto que veremos a continuación.

Síntomas de la Tiroiditis de Hashimoto

Ya tenemos una idea de qué es exactamente la tiroides y la importancia que tiene para nuestra salud y bienestar. Por ello, cuando el sistema inmunológico empieza a atacar a dicha glándula, prácticamente todo el cuerpo se ve afectado. Como consecuencia, las personas que padecen la Enfermedad de Hashimoto presentan signos y síntomas muy variopintos.


Estos síntomas van progresando lentamente. De hecho, una persona puede tener la enfermedad y hasta pasados meses o inclusos años no manifestarse. Obviamente, cada paciente es un mundo, sin embargo, los dos principales síntomas de la Tiroiditis de Hashimoto son el bocio y el hipotiroidismo. Éste, a su vez, implica una sintomatología muy dispar:

  1. Bocio (aumento del tamaño de la tiroides)

  2. Hipotiroidismo, con los siguientes signos y síntomas:

  3. Fatiga

  4. Estreñimiento

  5. Aumento de peso

  6. Estados depresivos

  7. Insomnio

  8. Dificultad para concentrarse o pensar

  9. Dificultad para tragar

  10. Voz ronca

  11. Piel seca y pálida

  12. Sudoración excesiva

  13. Caída del cabello

  14. Canas prematuras

  15. Cara hinchada

  16. Dolores articulares y musculares

  17. Disminución de la libido

  18. Disfunción eréctil

  19. Menstruación irregular y abundante

  20. Infertilidad


Sin embargo, no todas las personas que tienen Tiroiditis de Hashimoto tienen hipotiroidismo y, por tanto, los síntomas que esta enfermedad presenta.

Diagnóstico de la Tiroiditis de Hashimoto

Como has podido comprobar, la sintomatología de la enfermedad abarca multitud de órganos y sistemas de nuestro cuerpo. Esto significa que, para que el médico pueda diagnosticar a alguien con la Tiroiditis de Hashimoto, no es suficiente con los signos y síntomas que dicho paciente presenta. Las pruebas diagnósticas que dan con el dictamen de esta patología son las siguientes:


1. Sintomatología.


2. Analítica de laboratorio en la que se estudian los siguientes marcadores:

  1. Anticuerpos antitiroperoxidasa (anti-TPO o anticuerpos antimicrosomales): positivo en el 95% de los casos. Este es el anticuerpo que ataca la tiroides.

  2. Anticuerpos antitiroglobulina (anti-TG): positivos en el 70% de los casos.

  3. T3L (triyodotironina libre).

  4. T4 (tiroxina): nivel bajo.

  5. TSH (tirotropina): nivel elevado.

El rango de la TSH que indica que no existe problemas de tiroides ha sido un tema de muchos desacuerdos. Finalmente en el año 2003, la American Association of Clinical Endocrinologists publicó un dictamen para que los distintos laboratorios utilizaran el mismo rango, este es 0.3 a 3.04. De modo que si los niveles de TSH daban por encima de 3.04, la persona presentaba Hipotiroidismo.


Sin embargo, en la actualidad sigue habiendo laboratorios que utilizan rangos desactualizados (0.5-5.0), lo que implica que la persona puede estar ya con la enfermedad y no ser diagnosticada.


3. Diagnóstico por imagen a través de ecografía (para detectar si existe bocio) y de una gammagrafía tiroidea (para detectar alteraciones en el desarrollo de la Tiroides o deficiencia de enzimas).


Enfermedad de Hashimoto

Causas de la Tiroiditis de Hashimoto

Llegados a este punto, quizá te estés preguntando qué es lo que causa esta enfermedad. Desgraciadamente, como enfermedad autoinmune que es, no se tiene una respuesta 100% segura de los factores que la originan.


Sin embargo, se tiene idea de los distintos aspectos que pueden originar que una persona desarrolle esta patología. Veamos algunos de las causas de la Enfermedad de Hashimoto:

  1. Genética

  2. Alimentación.

  3. Deficiencia de vitamina D.

  4. Resistencia a la insulina.

  5. Estrés.

  6. Toxinas.

  7. Metales pesados.

  8. Inflamaciones e infecciones crónicas, como las producidas por el virus de Epstein-Barr o Yersinia enterocolitica.

  9. Dominancia de estrógenos.


Tiroiditis de Hashimoto


Tratamiento clínico de la Tiroiditis de Hashimoto

En la mayoría de las ocasiones la Enfermedad de Hashimoto se trata con levotiroxina, que no es más que una forma sintética de la T4. La finalidad de este tratamiento es mantener los niveles de TSH dentro de un rango normal, ya que, al detectar la hipófisis que hay suficiente T4, no produce más TSH de la necesaria.


Este tratamiento, una vez iniciado, suele ser de por vida. Y, aunque muchas personas pueden lograr vivir sin este tipo de tratamientos, bajo ningún concepto puede dejarse sin tener en cuenta las pautas del médico, a pesar de todos los efectos secundarios que presenta para la salud.


Es fundamental que recuerdes que cualquier persona puede desempeñar un papel activo frente a una enfermedad. Si no tienes en cuenta el gran poder que está en ti a la hora de mejorar tu salud, no vas a poder hacer nada. Los cambios en tu alimentación y en tu estilo de vida son dos de los primeros pasos que debes dar para poder controlar las riendas de un problema que un día se presentó en tu puerta.


Un abrazo,


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