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Enfermedades relacionadas con el gluten: intolerancia, sensibilidad y alergia

La celiaquía es la protagonista del blog últimamente y es que no es para menos. Cada vez mayor número de personas padecen esta enfermedad autoinmune que está alcanzando niveles que la comunidad científica sólo está empezando a vislumbrar. A lo largo de los próximos posts irás comprobando que el gluten y las enfermedades autoinmunes suelen ir siempre de la mano. Pero en el artículo de hoy verás que no sólo las personas celiacas son las que deben eliminar el gluten de sus vidas, sino que hay otros trastornos relacionados con el consumo del trigo o del gluten que es importante tenerlos en cuenta.


Contenido

Diferencia entre alergia e intolerancia

Antes que nada tenemos que aclarar dos conceptos que se confunden con demasiada frecuencia. Uno es el de la alergia y el otro es el de la intolerancia. No es lo mismo una alergia que una intolerancia.


Alergia

Una alergia es una reacción inmunitaria del organismo ante una sustancia que es bien tolerada por el resto de personas. Esta reacción se manifiesta por unos signos y síntomas característicos cuando una persona se expone a ella. La alergia es la expresión de los mecanismos de respuesta de los que dispone el sistema inmunitario frente a los posibles invasores.


Esta sustancia no tolerada es lo que se denomina alérgeno. En determinados individuos, ese alérgeno, que en la mayoría de las personas no produce ninguna reacción, provoca una serie de reacciones en cadena en el sistema inmunológico. Una de esas reacciones es la producción de anticuerpos.


Los anticuerpos que aparecen en el caso de las alergias son inmunoglobulinas del tipo E (IgE). La presencia de dichos anticuerpos ocasiona, a su vez, que el organismo segregue una serie de sustancias, como son  las histaminas, que originan los síntomas tan característicos de las alergias:

  1. Moqueo

  2. Estornudo

  3. Tos

  4. Picor en la nariz/boca/labios/garganta

  5. Congestión nasal

  6. Picor y enrojecimiento de los ojos y párpados hinchados

  7. Dificultad para respirar

  8. Asma silbido (sonidos semejantes a silbidos que salen del pecho)


Alergia al trigo

Ahora bien, las alergias pueden producir otros síntomas de otra índole como son:

  1. Vómitos

  2. Sarpullidos

  3. Diarrea

  4. Dolores intensos de estómago

  5. Urticaria

  6. Erupción cutánea

  7. Prurito en la piel

  8. Piel seca


Alérgico al trigo

Este tipo de trastornos son de carácter hereditario y, además, suelen identificarse en los primeros años de vida, aunque cada vez se están desarrollando más alergias que aparecen en una edad avanzada. Las alergias más comunes son:

  1. Alergia al polen

  2. Alergia al pelo de perro o gato

  3. Alergia al látex

  4. Alergia a determinados alimentos: frutos secos, semillas, marisco, fresas, huevo, leche, soja, etc.

  5. Alergia a los ácaros del polvo

  6. Alergia a determinados medicamentos

  7. Alergia a la picadura de determinados insectos


Alergia

En determinados casos, la alergia puede poner en peligro la vida de la persona. Son los casos en los que la reacción alérgica que experimenta la persona produce lo que se denomina shok anafiláctico. Las personas que tienen una respuesta alérgica de este tipo pueden tener uno o varios de los siguientes signos:

  1. Inflamación de la lengua

  2. Inflamación de la garganta

  3. Urticaria

  4. Dificultad para respirar

  5. Respiración superficial agitada

  6. Naúseas y vómitos


Si la persona no es tratada de inmediato, puede causarle la muerte. Por ello resulta fundamental que, frente a los primeros síntomas, se acuda a un alergólogo que pueda determinar qué tipo de alergia tiene la persona para que ésta, a su vez, pueda evitar el alérgeno en cuestión.


Intolerancia

La intolerancia alimentaria no es una reacción alérgica, pero representa un efecto adverso al ingerir un alimento en concreto. En este tipo de problemas, las reacciones no son tan inmediatas como en el caso de las alergias, que se manifiestan rápidamente en forma de sarpullido, vómitos, diarrea o dolor estomacal. Los síntomas en el caso de las intolerancias suelen aparecer más lentamente, lo que dificulta su diagnóstico, ya que la persona no asocia su malestar a la ingesta de un determinado alimento.


Cuando hablamos de intolerancia alimentaria, tenemos que hacer referencia a dos tipos distintos: la intolerancia alimentaria en la que no interviene el sistema inmunológico y aquella intolerancias alimentaria en la que sí interviene el sistema inmunológico, pero de una manera diferente a la alergia. Veamos cada una de ellas.


Intolerancia alimentaria en la que no interviene el sistema inmunológico

En este caso hablamos de determinados alimentos que algunas personas no son capaces de digerir bien. Normalmente este problema digestivo se debe a que el organismo de dicha persona no es capaz de producir las enzimas necesarias para que sea digerido correctamente, y no produzca ningún malestar gástrico en el individuo.


Intolerancia alimentaria en la que sí interviene el sistema inmunológico

Si la persona presenta una intolerancia en la que sí interviene el sistema inmunológico, los anticuerpos que se generan no son los propios de una alergia, es decir, la analítica de sangre no revelará la presencia de IgE, sino de otro tipo de anticuerpos denominado inmunoglobulina del tipo G (IgG). Ejemplo de intolerancia alimentaria en la que sí interviene el sistema inmunológico es la celiaquía.


Sensibilidad al gluten no celiaca

Desgraciadamente, el gluten y las enfermedades autoinmunes están muy relacionados entre sí. Ahora bien, además de la celiaquía, hay otros trastornos y enfermedades que produce el gluten de las que vamos a hablar a continuación. Los protagonistas de hoy son: la intolerancia al gluten, la alergia al trigo y la sensibilidad al gluten no celiaca. Todas ellas, de alguna u otra manera, son enfermedades relacionadas con el gluten.


La intolerancia al gluten

La enfermedad relacionada con el gluten más conocida hoy por hoy es la enfermedad celiaca o celiaquía, que es una intolerancia al gluten en la que interviene el sistema inmunológico. Esta intolerancia permanece durante toda la vida, aunque la persona esté asintomática, es decir, que no presente ninguna señal que delate que ocurre algo mal por dentro.


Es importante recordar que el tratamiento para tratar esta enfermedad que produce el gluten es una dieta libre de esta proteína, y debe implementarse de por vida. Puedes leer más sobre este tema aquí.


La alergia al trigo

Como hemos visto, la alergia es una reacción inmunitaria inmediata del organismo ante una sustancia que es bien tolerada por el resto de personas. En el caso de las personas alérgicas al trigo, el causante de esa reacción del sistema inmunitario, es decir, el alérgeno que causa la alergia es el trigo.


Sin embargo, aquellos que son alérgicos al trigo no tienen que evitar el consumo de gluten, tienen que evitar únicamente los productos que estén elaborados o contentan trigo. Recordemos que el gluten es una proteína presente en muchos cereales, no sólo en el trigo. Cereales con gluten son la espelta, el kamut, el centeno, la cebada, etc.


Por tanto, si alguien resulta ser alérgico al trigo, los alimentos que debe evitar son todos aquellos que contienen o han sido elaboradas con trigo: pan, pasta, masas de pizza, bollería, pastelería, etc. Ahora bien, podrá consumir todas aquellas otras alternativas que no contienen este cereal, pero sí contienen gluten. Entre estos alimentos podemos encontrar pan elaborado con centeno, masas de pizza elaboradas con espelta, pasta hecha de kamut, y un largo etcétera.


Es importante aclarar que todas las personas que son celiacas o sensibles al gluten sí deberán eliminar todos aquellos cereales que contengan gluten, incluido el trigo.

Celiaco


La sensibilidad al gluten no celiaca

En este caso, la persona con sensibilidad al gluten no celiaca presenta síntomas que pueden confundirse con la celiaquía, pero las pruebas diagnósticas de la celiaquía dan negativas.


Cada vez hay mayor consciencia por parte de los médicos con respecto a este trastorno. En el caso de la sensibilidad al gluten no celiaca, aunque la sintomatología es muy parecida a la enfermedad celiaca, se sabe que actúa mediante otros mecanismos relacionados con la inmunidad. Este trastorno no es una enfermedad rara, de hecho, cada vez hay una mayor incidencia. Por ello la comunidad médica está trabajando en encontrar pruebas diagnósticas objetivas que faciliten reconocer este trastorno en los pacientes que lo padecen.


Es verdad que no hay consenso sobre la terminología más apropiada para cada uno de estos trastornos. Algunos consideran que la celiaquía no es una intolerancia al gluten, que eso es más propio de la sensibilidad al gluten no celiaca; otros consideran que una hipersensibilidad a esta proteína es lo que representa, en realidad, la enfermedad autoinmune de la celiaquía.


Sea como fuere la nomenclatura utilizada para hacer referencia a este tipo de problemas, el remedio está claro: toca evitar el gluten en el caso de la enfermedad celiaca y en el de la sensibilidad al gluten no celiaca; y, en aquellos casos en los que la persona es alérgica al trigo, evitar únicamente este cereal, el trigo. En el blog tienes mucha más información al respecto. Espero que te sea de utilidad.


Un abrazo,









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