Hace dos años aproximadamente desaparecí de las redes sociales y dejé de escribir en este blog. Seguí contestando a todos aquellos que me escribían o que se ponían en contacto para consultas, pero el trabajo de cara a la multitud desapareció. Como si de repente me hubiese entrado pánico escénico. Este post de “regreso” no va sobre qué me pasó, sino de lo que se va fraguando durante las “desapariciones” y, sobre todo, lo que ocurre después, los cambios.
Puedes leer este post mientras te tomas un té; o puedes escucharlo aquí, y mirar el cielo. Tú eliges ;-)
Si ya te has dado una vuelta por la web, habrás podido comprobar que he realizado muchos cambios. Esos cambios han sido a su vez consecuencia de los cambios que yo misma he experimentado. Y de todos ellos, el que más te puede interesar es el nuevo ebook gratuito que tienes a tu disposición en la página de inicio (o pinchando aquí).
Anteriormente podías descargarte un libro que se llamaba 12 Claves fundamentales para recuperar tu salud cuando tienes una enfermedad autoinmune.
Estuvo disponible hasta hace poco. Quizá, incluso, lo tengas porque mucha gente se lo descargó.
Sin embargo, hace un tiempo, a raíz de los cambios que había experimentado, me di cuenta de que, lo que en su momento escribí, ya no resonaba conmigo. No porque no estuviera de acuerdo con lo que compartía, sino más bien por el enfoque utilizado.
Una buena parte eran ideas sencillas que podían resultarte conocidas, aunque también eran muy poderosas, ya que mostraban los primeros pasos que eran necesarios para transitar una enfermedad autoinmune. En ese libro también encontrabas otros conceptos poco conocidos que realmente te podían ayudar muchísimo. Pero ¿qué era lo que no terminaba de cuadrar?
LAS IDEAS QUE NO SE TIENEN EN CUENTA CUANDO TIENES UNA ENFERMEDAD AUTOINMUNE
Pues, verás, todos conocemos un montón de ideas sobre todos los ámbitos de nuestra vida que, aunque intuimos que quizá nos resulten útiles, no las tenemos en cuenta. Las entendemos, pero las desechamos. Así, tal cual. Y estoy convencida de que ese ebook que escribí hace unos cuantos años tenía unas cuantas de esas ideas. Aunque esa no era la intención, claro está. El propósito era el de ayudarte.
Y con la intención de ayudarte, recopilé en un libro las 12 acciones que yo había experimentado en mi propia piel como las más importantes, las que más me habían beneficiado, las que habían marcado un antes y un después en mi lucha por ganar la batalla a mi enfermedad autoinmune. Y eran movimientos que cualquiera con una patología de esta índole podía poner en práctica.
Y, como te comentaba, entre toda esa información había acciones probablemente conocidas por cualquier persona, con enfermedad autoinmune o sin ella; ese tipo de información que uno lee y en la que no repara; la que no te da que pensar; a la que no le prestas atención; de la que piensas “sí, vale, me suena algo” o "sí, podría servir, quién sabe", pero que ahí se queda... Así que, por desgracia para ambas, ese libro resultó tener demasiadas ideas que no eran todo lo provechosas que yo esperaba. .
Porque seamos sinceras ¿cuántas veces no has leído que para tener mejor salud deberías comer más hortalizas frescas, descansar un mínimo de horas o hacer ejercicio suave de manera regular, por ejemplo? Cientos de veces. Miles, quizá.
Así que resultaba que, en medio de esas ideas que no te movían para nada, también estaban las importantes, las ideas diferentes, las ideas que valía la pena probar. ¿La traba? Que pasaban desapercibidas; perdían el brillo y el poder que albergaban en medio de la aburrida multitud.
LAS SOLUCIONES QUE NO SON SOLUCIONES
Y llegó un momento en que me empecé a cuestionar que cómo era posible que no fuéramos capaces de apreciar el valor de toda esa información; cómo era posible que no fuéramos capaces de ver la solución en la solución. Y no estoy hablando solo del ebook que escribí hace tiempo, sino de toda esa información a la que tenemos alcance.
En mi opinión el problema, en parte, radica en dos hechos. Por un lado, que a lo que es gratis no le damos valor. Pensamos que al no haber pagado por ello, probablemente no sirva para mucho. Por otro, la sobre-información. Creo que hay un exceso de información. Esto no quiere decir que piense que es malo estar informados, sino porque nos sentimos tan abrumados por tanta cantidad de datos, de cifras, de recursos, de ideas, de trucos, de consejos, de esto, de lo otro... que al final ¿qué hacemos con toda esa información? Poca cosa ¿no?
Al final, de tanto leer lo mismo por aquí y por allá, parece que la información importante, la información transformadora, pierde fuerza, no nos vale, no nos sirve. Así que, para poder bajar de peso, ya no es suficiente con dejar ciertos alimentos de lado y hacer ejercicio de manera regular, sino que esperamos que nos hablen de un nuevo alimento milagroso o de una dieta hasta ahora desconocida que nos permita lograr nuestro propósito sin esfuerzo.
Y lo mismo con la salud cuando nos falta, ya sea en forma de enfermedad autoinmune o en forma de cualquier otra patología. Una gran parte de los primeros pasos que puedes dar están ahí a tu disposición, de manera gratuita. Lo que pasa es que no la ponemos en práctica porque nos cuesta; porque, si no hemos pagado una fortuna por ello, debe ser que no es verdad; porque nos resulta imposible creer que sea tan sencillo algo que creemos que está fuera de nuestras posibilidades; porque nos quema la urgencia por resultados inmediatos sin el esfuerzo del trabajo que implica nuestro objetivo; por... tantos motivos como personas nos den su opinión.
IRREMEDIABLEMENTE HAY QUE CAMBIAR
Así que, después de experimentar una crisis existencial, personal o como quieras llamarlo, después de haber pasado por momentos de lucidez y de cambio profundo, después de tomar mucha conciencia, después de tener en cuenta mi propia experiencia durante los años en los que fui una paciente con una enfermedad autoinmune, me di cuenta de que, si quería ayudarte, lo que tenía que hacer era echarte una mano sembrando la semilla de tu cambio. Y que, si quería que creciera y diera fruto, las claves de ese libro no eran lo que tú necesitabas. Así que escribí otro.
Pero te voy a ser totalmente franca. Este nuevo ebook tampoco va a ser la solución a tu enfermedad. Al final lo que hay ahí no es otra cosa que información; puede que muy diferente de lo que hayas leído hasta ahora, sí, pero información al fin y al cabo.
Y, como te acabo de comentar, lo que suele pasar con esa información, por muy maravillosa que sea, es que nos parece que no es de utilidad. Y no es que no sea de utilidad, es que necesitamos que primero haya un cambio en nosotros, y así poder integrar esa información y hacer algo útil
con ella, algo que nos permita dar un paso más en nuestro viaje hacia la sanación. (Esto de la sanación puede sonarte bastante místico o metafísico; para nada. Ya hablaremos más adelante de ello).
Porque con los años me he percatado de que muchas veces, cuando aplicaba alguna herramienta para intentar resolver algún problema, ésta la había recibido de antemano. Sin embargo, no era hasta que se producía un cambio en mí que las cosas empezaban a moverse. El cambio que yo experimentaba era el que me hacía estar verdaderamente dispuesta a ponerme manos a la obra, el que permitía que esa información me sirviera de algo.
Bueno, pues para ayudarte con ese cambio tienes a tu disposición en la web un nuevo ebook gratuito que se llama El inicio del viaje. Un cambio de mirada para sanar tu enfermedad autoinmune (pincha aquí si todavía no lo tienes).
TU ENFERMEDAD AUTOINMUNE ES UNA CHINCHETA
Porque, si no hacemos un cambio de mirada, nos enfrentamos a las enfermedades con un enfoque que está cojo de muchas patas. Un ejemplo de ese desenfoque es tener en cuenta únicamente la metodología de la medicina convencional.
Porque, aunque las enfermedades autoinmunes afectan a cientos de millones de personas, las estrategias de este tipo de medicina, como son los medicamentos inmuno-supresores, la gran mayoría de las veces, para empezar, no nos impulsan a realizar cambio alguno, y mucho menos atacan la causa subyacente. Es como tomarte una aspirina cuando te estás clavando una chincheta. La solución no es tomar más aspirinas o un inmuno-supresor más fuerte; la solución es simplemente quitar la chincheta.
Quitar la chincheta no es un trabajo que se haga en dos días. Requiere de un cambio previo que te conduzca hacia la sanación. Y la sanación, a su vez, precisa de dos aspectos fundamentales: dedicación y compromiso. Así de simple.
Y también porque sé que no te parece nada simple es por lo que he escrito este pequeño libro. En él te explico con más detalle algunos aspectos que te ayudarán a tomar conciencia de tu chincheta, y del hecho de que está en tus manos empezar a hacer los cambios necesarios para quitártela.
¡Ah! Un último apunte: leer no sana; actuar, sí.
Un abrazo,
P.D.: ¡Te espero en los comentarios!
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Muchas gracias Vanesa Aso. Como tú dices para poder seguir con el día adía, la mayor parte de las veces hay que parar. Aunque parezca contradictorio esto de parar para seguir es tal cual. Gracias por compartir lo que más ha resonado contigo. Un abrazo.
Gracias Esperanza por este post y recordarnos lo importante que es PARAR.
Muchas veces nos centramos en resolver los síntomas para poder seguir con el día a día, cuando lo importante y lo que te dice el cuerpo es: hora de parar.