Puedes leer este post mientras te tomas algo; o puedes escucharlo aquí, y mirar el cielo. Tú eliges ;-)
En el último post compartía contigo las herramientas que utilicé durante la última etapa del viaje en el que me embarqué a raíz de mis dos procesos autoinmunes, y te comentaba que cada vez más gente me pregunta y me piden consejos que les puedan servir para poder mejorar.
Hoy voy a compartir contigo aquellos factores fundamentales para mí, y que creo que te pueden interesar conocer a la hora de emprender este viaje.
UNA TAREA COMPLICADA
Dar consejos que sirvan para cualquier persona con un proceso autoinmune es una tarea bastante complicada. De la misma manera que sabes que un pantalón no le puede quedar bien a todo el mundo, consejos que valgan a todo el mundo que tenga una autoinmune resulta igual de descabellado.
Porque, por poder, se pueden dar tropecientos consejos, pero con sustancia y que aporten... La lista se reduce considerablemente. Y yo no quiero escribir un post con un título atractivo y rellenarlo con una decena de ideas por rellenar. Así que, por mi experiencia, dar consejos como quien da un parte meteorológico no siempre aporta valor. ¿Por qué?
Pues porque no es lo mismo una persona que acaba de ser diagnosticada de esclerosis múltiple que una que lleva batallando durante una década. No es lo mismo una persona que ha utilizado únicamente la medicina alopática para tratar su patología, que una persona que lleva buscando soluciones alternativas durante unos cuantos años. No es lo mismo que te diagnostiquen con 30 años que te diagnostiquen con 50. No es lo mismo que te diagnostiquen con vitíligo que te diagnostiquen con esclerosis múltiple.
Y, ojo, no estoy diciendo que unos casos sean peores que otros, sino que cada caso es un mundo. De hecho, no es lo mismo que te diagnostiquen con 30 años de esclerosis múltiple y que tengas 40 años siendo María que que te diagnostiquen con 30 años de esclerosis múltiple y que tengas 40 años siendo Ana. Y lo que te quiero decir con esto está en el siguiente punto.
LA INDIVIDUALIDAD
El primer aspecto que me parce que deberías tener muy en cuenta es uno que te lo he repetido de diferentes maneras en distintos posts por lo importante que es. La individualidad del proceso resulta ser el cimiento desde donde emprender este viaje.
Si no lo tienes en cuenta, probablemente es porque tienes una o varias de estas creencias:
que crees que alguien puede mejorar o transformar su proceso autoinmune dando una serie de pasos exactos y precisos;
que esos pasos exactos y precisos se pueden dar en un período reducido de tiempo con lo que tu proceso autoinmune remite;
que una vez que hayas implementado esos cambios, podrás volver a tu vida de antes, pero sin el inconveniente de la autoinmune;
que lo que le sirve a alguien te tiene que servir a ti;
que, por tanto, es cuestión de que tú sigas esos exactos y precisos pasos para conseguir el mismo objetivo.
Obviamente por mi experiencia y todo el aprendizaje adquirido en estos más de diez años, he llegado a la conclusión de que ninguno de esos puntos son válidos. Pero ¿sabes qué? me alegro de que tengas alguna de estas creencias.
¿Por qué, si no son válidas? Pues porque es señal de que crees que puedes hacer algo por mejorar o desterrar tu enfermedad autoinmune. Eso es incluso más importante y básico que que tengas en cuenta la individualidad del proceso. Así que, aunque figure a continuación, podríamos decir que el siguiente elemento debería aparecer antes que éste de la individualidad.
LAS CREENCIAS
Las creencias son el punto de partido; son el motor de arranque y la gasolina; todo junto. Porque son tus creencias las que van a permitir cosas tan sencillas como el hecho de que estés leyendo este post.
Si me sigues en Instagram (si no, te dejo el enlace aquí), sabrás que he hablado en multitud de ocasiones de lo importante que son las creencias. Si tus creencias dictaminan que solo un médico podrá hacer algo por tu proceso autoinmune, será así. Tal como dijo Henry Ford, “Tanto si piensas que puedes como si piensas que no puedes, estás en lo cierto”.
Así que es fundamental que tu primer trabajo sea el de revisar tus creencias y, aunque no sepas cómo cambiarlas, al menos, sabrás qué tipo de dificultades aparecerán en el camino y cuándo aparecerán. Y puede que pienses que esto es una chorrada, pero te puedo asegurar que no lo es. Examinar las ideas que tienes con respecto a la salud, a la enfermedad, a la vida en general puede ahorrarte mucho trabajo y esfuerzo en el futuro.
Por ejemplo, si crees que existe una receta mágica para poder hacer este trabajo y librarte de los síntomas de tu enfermedad autoinmune, probablemente el viaje va a resultarte sumamente difícil.
Ahora bien, si consideras que te encuentras frente a una experiencia de vida en la que juegan muchos factores y que va a requerir mucho compromiso por tu parte, la actitud que se ha generado por estas creencias será muy favorable a la hora de transitar tu proceso autoinmune.
Sin embargo, si de alguna forma tuviera que compartir algunos consejos sabiendo únicamente que estás en medio de un proceso autoinmune (ningún otro dato más), creo que serían los siguientes:
PRIMER ASPECTO – LA ALIMENTACIÓN
Aunque soy de la creencia de que “somos seres espirituales viviendo una experiencia humana” (Pierre Teilhard), también soy de la creencia de que debemos cuidar el instrumento con el que contamos para vivir esa experiencia. Uno de los medios para cuidar dicho instrumento es a través de la alimentación.
El tema de la alimentación daría para varios posts, puesto que es un mundo de lo más amplio y controvertido.
También soy de la creencia de que puede que determinadas personas con un desarrollo espiritual sumamente elevado no necesiten ingerir alimentos y que utilicen el prana para nutrirse. Y, quién sabe, puede que en algún momento de la historia de la humanidad, el ser humano alcance el nivel de desarrollo consciencial necesario para que eso sea lo habitual y no nos parezca una “locura aburrida”. No lo sé.
Lo que sí está claro es que, mientras tanto, la gran mayoría de nosotros necesitamos nutrirnos adecuadamente y más con un proceso autoinmune de por medio. Y la alimentación, aunque creamos que juega un papel bastante reducido en el caso de las autoinmunes, en realidad es un factor determinante en nuestro proceso. De hecho, como sabrás, durante los primeros años de mi viaje me centré exclusivamente en la alimentación y noté una mejoría brutal.
SEGUNDO ASPECTO – LA ENERGÍA
Itzhak Bentov, científico checoslovaco, en su libro Stalking the Wild Pendulum afirmó ya en el año 1977 que “Podemos considerar la enfermedad como una conducta desafinada de tal o cual órgano corporal. Cuando al cuerpo se le aplica un intenso ritmo armonizante, los órganos, que son interferencias de patrones de ondas, pueden empezar a vibrar de nuevo en sintonía”. Por tanto, Bentow lo que hace es sugerir que hay energías que sanan.
Teniendo en cuenta este factor podemos llegar a la conclusión de que las vivencias que tenemos, tanto las de carácter positivo como las de carácter negativo, no solo afectan a nuestro campo energético, sino que graban un recuerdo en el tejido celular. (Sobre el tema de la energía escribí un post hace ya unos cuantos meses. Puedes echarle un vistazo aquí).
Existen múltiples herramientas y terapias que te pueden ayudar a mejorar la vibración energética. Yo, como has podido leer en este post, usé muchos métodos para trabajar este aspecto tan fundamental.
Acupuntura, Reiki, bioresonancia, biomagnetismo, electroacupuntura, etc. Hay cientos de técnicas que pueden ayudarte a trabajar tu energía. Mi recomendación es que te centres en técnicas que te permitan trabajar también por tu cuenta para que no estés dependiendo continuamente de alguien.
Si no pudieras permitirte en estos momentos hacer esa inversión o no conoces ningún terapeuta o centro que te dé la suficiente confianza, ten en cuenta que existen dos herramientas fundamentales que están a tu disposición: la respiración consciente y la meditación. En la red encontrarás muchos recursos gratuitos que te pueden ayudar a mejorar la frecuencia energética.
TERCER ASPECTO – EL MOVIMIENTO
Uno de los aspectos más importantes a la hora de intentar mejorar tu situación es mantenerte activo. Sé que dependiendo del proceso autoinmune en el que te encuentres puede resultar complicado. Si es tu caso, tenlo presente cuando te encuentres en condiciones.
Para mí, incluso una vez que me empecé a encontrar mejor, fue algo que me costó mucho incorporar a mi vida. Sin embargo, una vez que me habitué y vi los enormes beneficios que me aportaba, se ha convertido en una rutina.
Como te digo, sé que, según la autoinmune y la forma en que se presenta, el mantenerse activo puede ser algo realmente complicado. Sin embargo, voy a darte una serie de ideas que van de mayor a menor grado de limitación física para que te adaptes a la que mejor te convenga: yoga (hay muchos tipos y con muchos niveles de intensidad), Taichi, Chi kung, Euritmia, danzas ancestrales, etc.
Pero también dar un simple paseo (el ritmo lo marcas tú según tus circunstancias) o hacer ejercicios sencillos que no requieran de grandes complicaciones. Si esto lo haces al aire libro, estarás añadiendo un plus. Y esto me ayuda a enlazar con el siguiente consejo.
CUARTO FACTOR – EL CONTACTO CON LA NATURALEZA
No quiero alargarme mucho con explicaciones sobre los múltiples beneficios que tiene estar en un entorno natural, pero ten en cuenta que las ciudades tienen muchos tipos de contaminación:
1. la contaminación producida por los coches y demás medios de transportes;
2. la contaminación acústica (el ruido en las ciudades puede ser ensordecedor, pero estamos tan acostumbrados que no nos percatamos el estado de alerta en el que se encuentra en nuestro cuerpo);
3. la contaminación lumínica (que altera nuestros ciclos circadianos y nos dificultan el descanso);
4. la contaminación electromagnética que es la generada por los equipos electrónicos u otros aparatos (torres de alta tensión, antes de telefonía móvil, electrodomésticos, etc.).
Eso no significa que te tengas que mudar al campo, sino que, en la medida de lo posible, encuentres la forma de poder rodearte de verde. Acudir simplemente a un parque en tu ciudad puede ser una opción que contribuirá no solo a tu estado físico, sino a tu estado emocional y, por tanto, a tu energía.
Ahora bien, si vives en una zona rural, puedes aprovechar y hacer paseos con los pies descalzos. El contacto de los pies con la tierra no solo nos ayuda a descargar tensiones físicas, mentales y emocionales, sino que nos ayuda a tomar la energía de la tierra.
Si vives en un lugar cerca del mar, pasear por la orilla es de las actividades más beneficiosas que te puedes imaginar. Si tu estado físico no te lo permite, sentarte un ratito en la arena también te dará múltiples beneficios. En el caso de que vivas cerca de un río, puedes hacer lo mismo.
QUINTO FACTOR – AUTOCONOCIMIENTO
Si analizas en profundidad el aspecto de las creencias, éstas están muy relacionadas con quién eres tú. Creer de la forma en que crees te hace ser la persona que eres. Pero no eres solo tus creencias, sino mucho más.
Y ¿quién eres tú? ¿realmente te conoces? Conocerse como nos deberíamos conocer, no es algo que mucha gente haga. Y es que creemos que nos conocemos porque sabemos qué nos gusta y qué nos disgusta, pero el conocimiento profundo de uno mismo lleva implícito muchos otros aspectos.
De hecho, conocerse a uno mismo es una tarea que mucha gente no está dispuesta hacer, porque en multitud de ocasiones nos encontramos con aspectos que no nos gustan, con elementos que resultan complicados de gestionar o afrontar por la carga tan profunda que conllevan.
Y transformar un proceso autoinmune, que es lo que muchos llaman sanar o curar una enfermedad autoinmune, requiere que te metas de pleno es ese proceso de autoconocimiento. Y es por ese motivo que mucha gente no es capaz de confrontar este tipo de situaciones.
RESUMIENDO
Los distintos aspectos que tuve en cuenta a la hora de transitar mis autoinmunes y que a día de hoy sigo manteniendo son fueron siguientes:
1. alimentación consciente y cada vez más intuitiva.
2. trabajar la energía (física, emocional y espiritual) en mi caso con prácticas meditativas y respiraciones conscientes.
3. ejercicio regular: practico yoga y camino varios kilómetros al día.
4. contacto con la naturaleza: siempre que puedo paseo y me baño en la playa, paseo por algún parque, intento salir de la ciudad.
5. dedico tiempo al trabajo personal de autoconocimiento y del autocuidado mediante herramientas como la escritura, la terapia, la arteterapia y distintos rituales que he ido elaborando a lo largo de los últimos años.
Todas estas herramientas tienen como finalidad la toma de consciencia y el empoderamiento de la persona, claves fundamentales para poder transformar tu situación actual.
Créeme cuando te digo que sé de la necesidad que tienes de una píldora mágica, de un consejo, de una recomendación que te haga sentir que has encontrado la solución, que todo va a empezar a fluir desde el momento en que lo apliques, pero créeme también cuando te digo que no es tan simple.
No hay nada (ninguna herramienta ni ninguna terapia) ni nadie que te pueda asegurar tu curación. Pero, de la misma manera, existe el potencial de que suceda. La vida te ha puesto por delante un reto enorme, probablemente el mayor de tu vida, y entender que va a requerir todo lo que tengas y más también es esencial para poder conseguirlo.
Un abrazo,
P.D.: recuerda que estos consejos no sustituyen las directrices que te indica tu médico ni el tratamiento prescrito por él. Son aspectos que pueden ir incorporando en tu día a día siempre y cuando tu estado de salud te lo permita.
Post que te pueden interesar:
Sobre lo que esconde tu necesidad de comprensión por tu enfermedad crónica
Lo ineludible de los cambios cuando tienes una enfermedad autoinmune
Sobre las expectativas en la curación de las enfermedades autoinmunes
¿Qué hacer cuando tienes metástasis? Y qué tiene esto que ver con tu enfermedad autoinmune
Comments