En el último post, ¿Cuál es la solución de la medicina a las enfermedades autoinmunes?, compartí contigo el planteamiento que tienen, grosso modo, la medicina oficial y las terapias alternativas. Y, según ese planteamiento, las enfermedades autoinmunes no se pueden curar. Hoy, vamos a dar un paso más allá, y vamos a ver cómo afecta ese planteamiento a nuestro proceso.
EL PLANTEAMIENTO ACTUAL
Ni la medicina oficial ni la gran mayoría de las terapias alternativas sirven para tratar lo que se denomina enfermedades crónicas. Lo que hacen es aliviar síntomas, mitigar las manifestaciones de la enfermedad e intentar ayudar al cuerpo para que pueda hacer frente a todo aquello que está viviendo.
Esto en algunos casos no solo es necesario porque la vida de la persona corre peligro literalmente, sino porque es la alternativa más humana. Y afortunadamente disponemos de los mejores recursos y profesionales que lo hacen posible. Sin embargo, este hecho no debe hacernos perder de vista algo fundamental, y es que aliviar síntomas no es otra cosa que poner parches; pero no es curar.
Y llegamos a este punto en el que no nos queda más remedio que poner parches porque no nos han enseñado a gestionar el escenario de otra manera. De modo que la situación es tal que la única alternativa y, como digo, la más humana, son esas medidas provisionales. Pero ¿qué podemos hacer una vez que hemos llegado a ese punto?
LO QUE SE NOS OFRECE
Es importante que antes, incluso, de indagar en la anterior pregunta, nos demos cuenta de que no es lo mismo que te planteen que tienes una enfermedad crónica y que no se puede sanar, a que te planteen que desconocen la solución.
Y es importante ser consciente de esta diferencia, integrarla de verdad y profundizar en todo lo que implicó en su momento y en lo que implicará a partir de ahora. Hacer esto forma parte de ese trabajo inicial que origina un cambio de mirada que hará posible avanzar en tu viaje de transformación.
Pero, como te decía, no es lo mismo dar por hecho algo, que desconocer algo. En el primer caso, cuando se afirma que las enfermedades autoinmunes son incurables lo que se hace es etiquetar de irremediable algo que no lo es (como ejemplo, todas aquellas personas que hemos conseguido transitar procesos autoinmunes desde un lugar distinto, y que hemos sanado). En el segundo caso, se reconoce que, con los métodos utilizados, no se ha encontrado la solución todavía.
Te pongo el siguiente ejemplo para que lo veas más claro. Imagínate que eres pintora, y estás pensando en hacer un cuadro de una manera diferente. Y sabes que para poder hacerlo, necesitas un pincel especial, un pincel muy concreto que no has visto hasta ahora.
Decides buscar ese pincel, así que vas a la tienda más importante y más grande que hay en tu ciudad en la que venden todo tipo de materiales de dibujo y pintura. El dependiente de la tienda, que conoce una barbaridad sobre todas las técnicas, te indica que ese pincel no existe, que lo único que puedes hacer es utilizar otro tipo de pinceles.
No te quedas muy convencida, así que llama al encargado, la máxima autoridad sobre estos temas en la tienda, pero su respuesta es “ese pincel no existe y no puedes pintar ese cuadro”. Y te detalla la otra técnica que tienes que usar y los materiales que tienes que comprar para pintar un cuadro, no el que tú quieres, sino otro. Además, te deja claro que lo que tú propones no es una opción posible.
Como es lógico, en esta situación, lo que suele pasar es que, si en la tienda más grande e importante, no tienen el tipo de pincel que necesitamos, nos creemos que será imposible encontrarlo en una tienda más pequeña, que lo puedas encargar a un fabricante de pinceles o que, incluso, lo puedas fabricar tú.
Y esto es así porque, al creer que esa tienda tan importante es la mejor opción disponible y la única elección válida, ni te planteas otra alternativa, cuando realmente hay unas cuantas.
LAS CONSECUENCIAS DE ESTE PLANTEAMIENTO
Así que, como ves, es importante el mensaje que se trasmite especialmente en este tipo de situaciones. Y, probablemente muchos piensan que, si un médico o un terapeuta te dice que él no sabe cómo curarte pero que existen formas, eso es dar falsas esperanzas, porque quizás no lo consigas.
Sin embargo, el hecho de que un médico diga que tienes algo incurable, cuando no es así, hace que limites tus posibilidades, hace que dejes de buscar ese pincel y que no puedas pintar el cuadro que quieres porque te encuentras frente a una sentencia que impide que puedas lograr lo que sí es posible.
¿Se te ocurriría subir el Everest con un guía del que sabes que ha invertido cientos de horas estudiando mapas, rutas, material de escalada, métodos de supervivencia, condiciones meteorológicas, etc., pero que nunca hubiera subido la montaña más alta del mundo? No ¿verdad? No pondrías tu vida en peligro de esa manera.
Pues igual de loco es pretender dejarse llevar por alguien que ya de antemano te dice que lo que tienes es un enfermedad incurable, por muchas horas y años de estudio que haya realizado, por mucho título que tenga.
Porque, si alguien me dice que el Everest no se puede escalar, al creerlo estoy creando un paradigma que me imposibilita de entrada cualquier otra opción. Si el médico me dice que mi autoinmune no tiene solución, creo un condicionamiento mental a partir de una disciplina que efectivamente no ha demostrado resultados al respecto, pero que no significa, por ello, que eso no pueda ser.
Recurrir al chamanismo para obtener sueños conscientes es tan lógico como recurrir a la medicina oficial ante una parada cardíaca. Pero, si al chamán del Amazonas le pregunto sobre el funcionamiento neuronal durante el sueño consciente, su respuesta será que la neurona no existe; y lo hará con el mismo convencimiento con el que cualquier médico me dirá que lo que no existe es el sueño consciente.
Con todos estos planteamientos y ejemplos, lo que quiero es que te des cuenta de que, si los métodos utilizados no han servido para curar una enfermedad autoinmune, sino solo para poner parches, que a la larga traerán sus propios problemas, lo más lógico es que esa persona termine tirando la toalla.
Cualquiera terminará abandonando la idea de poder curarse y, con resignación, asumirá que eso de sanar una patología autoinmune es un sueño imposible de alcanzar. Y planteado así, lo es. Sin embargo, quizá el problema radica única y sencillamente en que el método utilizado no es el adecuado, y que no debo dar por imposible algo que no lo es.
¿Y QUÉ HAGO PARA CURAR UNA ENFERMEDAD AUTOINMUNE?
Del primer paso que debes dar ya te he hablado en varias ocasiones. Cambiar la mirada no es otra cosa que parar el automatismo en el que nos encontramos, que nos permite darnos cuenta de las creencias que han dirigido nuestras vidas, las creencias que han resultado ser limitantes y que no nos han permitido una realidad distinta.
Cambiar la mirada no solo permite que dejemos de creer lo que antes creíamos como cierto. Es tomar consciencia de lo que estamos considerando relevante y a lo que le estamos dando importancia porque son los aspectos que marcan las pautas, los patrones y los programas que nos dirigen.
Una vez que hacemos ese cambio de mirada, llega una nueva etapa en el que nuestras pautas, nuestras patrones y nuestras programas nos dejan hacer movimientos que antes eran imposibles de hacer y que son los que permitirán que transformemos nuestras realidad.
Un abrazo,
P.D.: Y en el próximo post hablaremos de por qué la medicina te dice que tu enfermedad autoinmune es incurable y todo forma parte de ese trabajo de mirada que tanto te puede ayudar. Si quieres saber cuándo publico, sucríbete a la newsletter.
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