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La verdad de por qué la medicina no puede curar las enfermedades autoinmunes





En uno de los últimos posts que publiqué (¿Cuál es la solución de la medicina a las enfermedades autoinmunes?) compartía contigo la situación actual de las enfermedades autoinmunes con respecto a la cura, tanto por parte de la medicina oficial como por parte de las terapias alternativas; y te comentaba por qué estas enfermedades eran catalogadas de incurables y crónicas.

En el post de hoy vamos a hablar de cuáles son las causas que originan las enfermedades autoinmunes, cuáles son los motivos que establece la medicina para que estas patologías no tengan solución y se perpetúen en el tiempo; y, lo más importante, veremos las tres causas principales por las que realmente la medicina no puede resolver este problema, y que has de tener tú en cuenta para poder transformar tu proceso autoinmune, es decir, para poder curar tu enfermedad.

 

MOTIVOS DE QUE LAS ENFERMEDADES AUTOINMUNES SEAN INCURABLES PARA LA MEDICINA

Comentaba en el post que te indicaba antes que una de las razones que daba la medina oficial para justificar su afirmación de que, a día de hoy, las enfermedades autoinmunes no tengan cura es porque no habían encontrado las causas que las originaban.

Si no se conocen las causas que generan estas enfermedades, no se puede desarrollar un tratamiento que las elimine. Al no tener claro cuáles son los mecanismos que actúan en el organismo para que el sistema inmunitario convierta a nuestro propio cuerpo en su enemigo, la cura aún está lejos de que se pueda conseguir.

Ahora bien, lo que sí se sabe a día de hoy, gracias al mayor número de investigaciones y estudios, es que las enfermedades autoinmunes son multifactoriales. Esto significa que, para llegar a desarrollar una autoinmune, tienen que darse varios factores simultáneamente. Vamos, como ocurre con la lotería, que solo te llevas el premio gordo si tienes todos los números que forman la combinación ganadora. Aquí ocurre lo mismo.


Por tanto, según lo que han observado los investigadores, para que una persona desarrolle una patología autoinmune, no solo se tiene que tener en cuenta la predisposición genética, sino que tienen que darse otros causas que activen dichos genes. Entre dichas causas se encuentran las infecciones, las toxinas, los fármacos, el intestino permeable, el exceso de estrés, etc.

Al ser tantos los elementos que intervienen y que se dan simultáneamente, las causas precisas que originan las patologías autoinmunes permanecen ocultas para ellos. Y esto ocurre con cientos de enfermedades, no solo las de esta clase. Como consecuencia, una vez que se ha desencadenado una afección autoinmune, lo único que la medicina puede hacer es paliar los síntomas o inmunosuprimir a la persona.

Los distintos tratamientos con los que se cuenta a día de hoy hacen que, gracias a ellos, se consiga aliviar el dolor y se reduzca la inflamación característicos de estas patologías. Esto hace que sean más soportables los cientos de síntomas que puede experimentar una persona con cualquiera de las tantas enfermedades autoinmunes existentes.

Por su parte, el tratamiento inmunosupresor, como su nombre indica, suprime el funcionamiento del sistema inmunitario, es decir, disminuye la eficacia y la potencia de nuestras defensas. De este modo, se consigue que el sistema inmune deje de atacar a los órganos y sistemas del cuerpo que no debería estar atacando.

Desgraciadamente, a la vez que consigue que el sistema inmunitario deje de agredir al cuerpo, uno de los efectos secundarios más inmediatos que causa esta clase de tratamientos es que el paciente pase a estar expuesto a un mayor número de infecciones, ya que el sistema inmune está “dormido”.


Eso significa que cualquier patógeno puede hacer auténticos estragos en el organismo de la persona, ya que no cuenta con el sistema de defensa que por naturaleza lleva incorporado.

Por tanto, y sin tener en cuenta los otros tantos efectos secundarios tan importantes que esta medicación causa, se ha logrado que el sistema inmune no siga dañando al organismo. Sin embargo, que ese sistema inmunitario vuelva a funcionar adecuadamente y que no ataque a ninguna parte del propio cuerpo es una tarea que, a día de hoy, queda muy lejos.

MOTIVOS REALES POR LOS QUE LA MEDICINA NO PUEDE CURAR ENFERMEDADES

Grosso modo ésta es la forma en que la medicina oficial plantea la situación con respecto a las enfermedades autoinmunes. Sin embargo, llegados a este punto, me gustaría compartir contigo cuáles son los verdaderos motivos por los que tanto la medicina oficial, como la gran mayoría de las terapias alternativas no tienen la capacidad de curar.

Si te encuentras en medio de un proceso autoinmune o de cualquier tipo, y quieres transitarlo desde otro lugar para poder llegar a transformarlo, es importante que tengas en cuenta cuáles son las razones por las que estas medicinas no te pueden ofrecer una solución definitiva. De este modo, podrás dirigir tus pasos a aquellos métodos que no partan de los principios que utilizan aquéllas que fracasan en su propósito.


Tanto la medicina oficial como la gran mayoría de las terapias alternativas comparten tres motivos fundamentales por las que no pueden curar una enfermedad, convirtiéndolas en incurables y crónicas, como ocurre con las patologías autoinmunes:

1. Consideran que una enfermedad es igual a un conjunto de síntomas.

2. Presuponen que, si se elimina el síntoma, se elimina la enfermedad.

3. Creen que la causa de las enfermedades está en el plano corporal.


¿PODEMOS SANAR, ENTONCES?

Después de describir la situación actual, podríamos pensar que no hay solución para la crisis sanitaria que estamos viviendo, que no existe remedio para las tantas enfermedades que puede padecer una persona y que no tiene uno más opción que resignarse ante las patologías autoinmunes.

A pesar de ello, por suerte, esta situación no es exactamente así. Hoy por hoy, existen cada vez más médicos y terapeutas que ejercen una medicina más humana y más encaminada a la verdadera sanación.

Como comentaba anteriormente, la medicina oficial salva vidas, y esta labor que hacen no hay que desestimarla en absoluto. Sin embargo, no es capaz de curar a nadie. Muchos no habrán entendido o no compartan esta afirmación clara y concisa, que es necesario entender para poder hacer este camino de sanación. Como también lo es tener claro qué es realmente sanar y qué implica.

Para la medicina, los síntomas son equiparados a la enfermedad, cuando no es así. Como tampoco vamos a lograr sanarnos si consideramos que la historia va de eliminar los síntomas o que la enfermedad tiene su origen en el cuerpo.

Y puede que te estés haciendo preguntas como “¿cómo que una enfermedad no es igual al conjunto de los síntomas y signos que presenta una persona que, de hecho, son por los que se le ha diagnosticado con esa enfermedad?”; “¿por qué no hay que derrotar a los síntomas si son los que nos están causando tantos problemas y pueden hasta poner el peligro la vida de una persona?”; “¿de dónde sale esta idea de que si eliminamos el síntoma no sanamos?”; “¿dónde tiene su origen mi enfermedad autoinmune?”

Todas estas preguntas encierran una información que resulta totalmente necesaria que conozcas para poder cambiar tu situación actual y poder transformar tu proceso. Así que, dada la importancia que tiene profundizar bien en cada una de las respuestas y todo lo que te tengo que contar al respecto, será mejor que las desarrollemos con más detenimiento en los próximos artículos. Suscríbete a la newsletter y estarás al tanto de todo.


Un abrazo,





P.D.: me gustaría aclarar que, en ningún momento, te estoy alentando a que dejes de acudir a la consulta de tu médico, ni que abandones tu tratamiento. La idea es que tomes consciencia de que la solución no la vas a encontrar ahí; pero que sigas como has hecho hasta ahora hasta que logres transitar tu proceso autoinmune desde un lugar diferente.


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